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Clinton modelo de «alto standing» por Jesús Mariñas

Clinton modelo de «alto standing» por Jesús Mariñas
Clinton modelo de «alto standing» por Jesús Mariñaslarazon

Hay quien devora las páginas del internacional «Jet-Set» donde Jaime Marichalar aparece bailón despidiendo el año en Cartagena de Indias con sus hijos Froilán y Victoria. Es otro de los grandes objetivos turísticos vacacionales y allí se juntaron –aunque no revueltos, cada mochuelo en su olivo– desde Nacho García de Vinuesa y marido con los adorables Quique y Carlos Sarasola, incluída mamá Cecilia. Vuelven a las raíces y, con Maika Pérez de Cobas y Maribel Yébenes, aquello parecía una colonia española o un nuevo consulado donde el ex-duque de Lugo –ahora rehabilitado con el caso Urdangarín– podría nombrar virrey honorario a su anfitrión, Mato, un personaje digno de cualquiera de nuestras primeras páginas. Hubo bailoteos perfectamente recogidos en reportajes que aquí todavía no vieron la luz, como nunca publicarán las fotos en Jaca de Patricia Rato en casi comprometedora –¿o tan sólo reveladora?– actitud con ese Javier Moro siempre metido en harina. Pero no es de otro costal Jordi Martín que hizo el reportaje fotográfico adquirido para guardar, me cuenta la caballerosidad de papá Rato –D.E.P.–, que se apiadó ante la nevada que caía y lo invitó a cenar en su casa a ocho kilómetros de Jaca.
El reportero no se había visto en otra parecida y asegura que «hasta terció mediando entre nosotros dos». Y es lo que ocurre con el presidente Clinton, transformado en reclamo publicitario por habilidad carpetovetónica. No sé qué pensarán en la Casa Blanca, pero la colonia americana de Madrid está que trina. No puede creerlo: Clinton anunciando viajes de alto standing y usado como recurso promocional de una conocida y aireada agencia que a veces provoca disgustos. Alguna todavía se lame las heridas por su último viaje a India.

Acabó tan mal y quedaron tan descontentos que les compensaron con cuatro días en Venecia. Y ni así olvidan incomodidades y desastres en pos de Cochín donde Silvio González pasó fiestas con su esposa y las cuatro niñas. Se aficiónó a aquel país y aquello es un paraíso afortunadamente tan sólo entrevisto. No pudieron hacerlo los componentes de la selecta expedición. De eso se quejan: «Casi todo el día encerrados en un transporte con aire acondicionado, eso sí». Lo de ahora clama al cielo porque no tiene pretexto airear a Clinton, Hillary y Oscar de la Renta cuando en 2010 despidieron el año en Punta Cana invitados por el matrimonio Rainieri, factótum de esa zona quintaesencia, nada que ver con lo que allá frecuenta Belén Esteban.

Parece ilícito mostrar unas imágenes donde no falta Nati Abascal o De la Renta como soporte a un «spot» incluído en la mejor revista sobre viajes que hay en nuestro país. En ningún momento se justifica y no les citan en el texto, pero sí a Cari Lapique, el personaje a exaltar glorificando la firma. No se sabe si es lícito, justificable o abuso. Igual Clinton monta la de Dios es Cristo y reclama por sentirse, no sólo utilizado, sino ultrajado. El tema dará cuerda, tema y chismorreo largo y tendido. Se necesita morro para aprovecharse así.