Historia

San Antonio

Quito: en la mitad del mundo

Los vínculos históricos convierten a España y Ecuador en hermanos culturales. Y esoslazos aún se dejan sentir en cada calle de Quito. El país de los dos hemisferios sorprendepor la alegría de su gente, el colorido de sus mercados y su abrumadora naturaleza 

Quito: en la mitad del mundo
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Siempre tuve ilusión por viajar a la capital de Ecuador. Quito, una de las grandes ciudades del imperio Inca, supone mucho para la historia de España. Al recorrerla nos daremos cuenta que la huella española es fácilmente visible, aún hoy, en lo que se conoce como la parte vieja de la ciudad que, dicho sea de paso, fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1978. Razones para tal distinción hay sobradas y sintetizarlas todas es casi imposible.

Todo Quito asombra al viajero. Su trazado colonial, sus templos (como la catedral, Santo Domingo, San Francisco o la iglesia de la Compañía, con un asombroso interior), sus plazas (especialmente la Plaza Grande o de la Independencia, centro neurálgico del país, y la de San Francisco, posiblemente la postal más repetida de Quito), el lugar donde se encuentra (rodeada de montañas y volcanes, como el cercano nevado del Cotopaxi, de 5.897 metros de altura) y sus miradores (como el del Panecillo) son algunos de los atractivos de esta fascinante capital.

Aunque esto es, desde luego, lo más destacado, hay otra variedad de argumentos turísticos que causan una profunda curiosidad en el viajero. Buen ejemplo de ello es Oswaldo Guayasamín, posiblemente, el artista más polifacético y conocido de este país. Una visita obligada en Quito es su obra culmen: La Capilla del Hombre. Un espacio arquitectónico y cultural donde está representada parte de la ingente obra de este artista a través de lienzos y murales en los que describe muchos de los sentimientos del ser humano a lo largo de la vida, con especial énfasis en su visión sobre la conquista, el descubrimiento y la occidentalización del pueblo americano.

Granaderos de Tarqui

Los lunes, a las 11 de la mañana, en la Plaza Grande de Quito se celebra el «Cambio de Guardia» de los Granaderos de Tarqui, un grupo especial del ejército ecuatoriano encargado de la defensa del Presidente de la República y de custodiar el palacio presidencial de Carondelet. Se trata de un bonito y colorido acto castrense en el que se dan cita muchos quiteños y turistas. Los colores rojos, blancos y azules de sus uniformes, además de la música militar y un pequeño desfile, son foco de atracción de los viandantes durante la hora que aproximadamente dura el acto.

Pero si hay otra cita imprescindibles es, sin duda, el Mercado de Otavalo, el que dicen ser el mayor mercado al aire libre de Suramérica. Lo sea o no, lo indiscutible es que hay que acercarse a ver este gran cúmulo de sensaciones reflejado en esta ciudad, Otavalo, a unas dos horas en coche de Quito. Aunque primero veamos el mercado de animales, lo más llamativo es el de artesanías. El lugar ideal para comprar de todo (hamacas, sombreros, textiles, artesanías, cinturones...). Precios económicos y gran variedad de artículos son las razones para retornar con las maletas llenas de regalos.

El nombre del país ya nos dice mucho sobre dónde nos encontramos. No obstante, hay que acercarse, a 15 kilómetros de Quito, a lo que se conoce como «la mitad del mundo». La historia es muy curiosa. Aquí se levanta un gran monumento, en el valle de San Antonio de Pichincha, que sitúa el lugar exacto por donde pasa el ecuador terrestre, gracias a los estudios realizados por una expedición geodésica francesa. Este gran monumento, a cuya cima se accede por un ascensor, brinda unas preciosas vistas del valle.

Sin embargo, el avance de la tecnología demostró que la verdadera línea se encuentra a poco más de 200 metros de este lugar. Curiosidades de la vida. Un monumento levantado en el medio del mundo que no está, precisamente, ahí. Pero como todo tiene solución, nos aproximaremos a esa latitud 0º, 0´ , 0´´ (comprobable con los GPS de nuestro móvil). Aquí, además de conocer algunas curiosidades que la física nos enseña, nos haremos la casi obligada fotografía con un pie en el hemisferio norte y el otro en el sur.

De nuevo en Quito, no hay que quedarse sólo con la vertiente histórica de la capital. La ciudad mira a un futuro esperanzador. Centros comerciales, amplias avenidas y gran actividad cultural son también apreciables en esta gran metrópoli. El fin de semana por la noche hay que ir al «sector de la Mariscal», zona de bares, copas, restaurantes, diversión y bullicio rematan la jornada.