Hollywood

Madrid parece una sucursal de Hollywood por Jesús MARIÑAS

Si la Gran Vía madrileña aspira a emular el mítico Broadway, no va desencaminada, porque sus teatros ya acogen al famoseo internacional.

Cher y Christina Aguilera causaron expectación en Madrid
Cher y Christina Aguilera causaron expectación en Madridlarazon

Parece una prolongación del Teatro Chino, donde las estrellas perpetúan su manos sobre el barro, como hizo Bustamante para inaugurar el nuevo atractivo de «Sálvame». Algo así debió gritar José Asín, al que se le relacionó con la magnífica María Zurita de Borbón, cuando vio que el Ayuntamiento desmontaba lo que él había ideado para recibir a Cher y Christina Aguilera. Como en la plaza de Callao ha montado Gallardón una pista de hielo para niños, a última hora se tuvo que reducir el espacio para recibir a las dos divas. El resultado empequeñeció el estreno de «Burlesque», que tenía como vecino de pantalla el último filme de Colin Farrell.

Una altísima farola entorpeció el vistoso «photocall» y redujo al mínimo el trabajo de la Prensa. Suerte que los españoles sabemos improvisar. Una virtud muy comentada ante la inmarchitable Cher, que vistió una falda por encima de la rodilla, mientras Christina daba el contrapunto con su generoso escote. Mucha expectación por el estreno de una cinta parecida al «Moulin Rouge» de Nicole Kidman y con reminiscencias de «Cabaret» y algo de «El último cuplé». Es una historia inverosímil contrarrestada con números musicales mejores que los de «Chicago», con una Aguilera que oscurece a la gran Cher. Olfo Bosé, al lado de la impresionante Ekaterina, con la que se casa en primavera, magnificó a la veterana actriz. Su futura esposa confirmaba que la ceremonia se produciría en Altea. Pasaron de tomar unas copas porque él sigue la misma dieta ayurvédica con la que adelgazó su tío Miguel. Olfo tiene el encanto familiar y ella lucía un anillo de Cartier de bisel con diamantes que realzaba sus 19 años. Él cumplirá 32 , comentaron ante una Ruth Gabriel floreada, sin Fernández Sastrón, y una Massiel acebrada en dorados y negros por el internacional Miguel Marinero, del que también fue vestida Genoveva Casanova: «Anoche, en los Nobel, lució un traje de Azzaro, negro, sin mangas y escotado, porque el Armani blanco es un poco molesto con las muletas», me anticipó Chus, su agente y consejera. Casanova presentará el lunes en Madrid una crema anticelulítica y al acto llevará joyas de Chocrón, como las que portó ayer.

Álex de la Iglesia presenta el lunes su última película, Paz Vega hace lo propio el martes con el remozado «Don Mendo» y Angelina Jolie aterriza el jueves con Brad y los niños. Esto no es Hollywood, pero casi lo parece aunque sea pura coincidencia.