Barcelona

El impuesto de sucesiones abre la primera división en el Govern de CiU

Los que se esfuerzan en colgar la etiqueta de «bipartito» al Govern de CiU para asemejarlo con los desórdenes del tripartito tienen desde ayer un sólido argumento: la división de los socios nacionalistas a cuenta del impuesto de sucesiones.

Duran Lleida y Pelegrí, ayer, durante la reunión del comité de gobierno de Unió Democrática
Duran Lleida y Pelegrí, ayer, durante la reunión del comité de gobierno de Unió Democráticalarazon

El secretario del Govern, Germà Gordó, detalló el pasado domingo que la intención del Ejecutivo es mantener en vigor el gravamen para las herencias entre familiares de tercer grado (entre tíos y sobrinos) y suprimir el impuesto para las sucesiones en primer y segundo grado. El propio presidente de la Generalitat, Artur Mas, avaló ayer esta postura, pero nada de esto le consta a los socios de Unió Democràtica, que se desmarcaron de la eliminación parcial y pidieron respetar las promesas electorales de CiU.

El programa y el matiz de Mas

La verdad es que el programa con que la federación nacionalista se presentó a las pasadas autonómicas no deja lugar a dudas: «Suprimiremos el impuesto sobre sucesiones y donaciones con carácter inmediato». Pero Mas matizó ayer este enunciado afirmando que su compromiso es que acabar con la discriminación fiscal de Catalaluña y equiparla con la Comunidad Valenciana y con Madrid, donde existen las condiciones más favorables.

El pulso está servido con Unió, que insistió en que el programa electoral dice lo que dice y, además, confesó que desconocía las intenciones expresadas por Gordó y luego ratificadas por Mas. «Unió no tiene ninguna intención de incumplir el programa electoral de CiU. No hay más discusión. Queremos lo que pone el programa electoral», dijo el secretario general de UDC y conseller de Agricultura, Josep M. Pelegrí.

Pelegrí aseguró que el impuesto de sucesiones no fue uno de los temas de debate que trató el comité de gobierno de Unió. Sin embargo, será inevitable que hoy lo aborde el Consell Executiu en su reunión semanal.

Quienes mediaron en la polémica fueron los partidos de la oposición, atónitos ante los virajes que el Govern está realizando con las sucesiones. La presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, interpretó la eliminación parcial del impuesto de sucesiones como «un error» que el Govern asume para poder pactar los Presupuestos con el PSC, su interlocutor preferente.
 «El Govern cambia día a día su posición con respecto al impuesto de sucesiones, se parece a las permanentes improvisaciones del tripartito», afirmó Sánchez-Camacho, que cree que CiU está «en una línea equivocada».

Lo cierto es que la eliminación parcial de las sucesiones aleja al PP de CiU de cara a un eventual pacto para los Presupuestos, aunque la presidenta de los populares catalanes está a la espera de conocer con exactitud el proyecto del Govern.

El PSC, por su parte, subrayó que no apoyará las Cuentas del Govern si no aplazan la reforma del impuesto de sucesiones. El secretario de Organización de los socialistas catalanes, José Zaragoza, acusó al Govern de «caos» y de «descontrol» y recordó: «Les hemos pedido que lo aplacen, no sólo que lo bajen un poco». El secretario general de ERC, Joan Ridao, acusó al Govern de crear «un sainete» con este asunto y la portavoz de ICV, Laia Ortiz, opinó que CiU intenta «confundir».