Móstoles

Violencia machista: cuando la denuncia se convierte en lastre

La semana más sangrienta en lo que va de año ha supuesto la muerte de cuatro mujeres a manos de sus verdugos. Lo incomprensible de la situación retroalimenta el debate. ¿Efecto imitación?, ¿ausencia de denuncia?, ¿falta de coordinación?

Violencia machista: cuando la denuncia se convierte en lastre
Violencia machista: cuando la denuncia se convierte en lastrelarazon

Dejando de un lado las polémicas sobre los medios de comunicación, las denuncias falsas o la falta de preparación de los jueces, la cuestión de fondo es saber si las políticas de igualdad son realmente efectivas. En este punto, surgen muchas dudas. Hasta ahora, todos los esfuerzos estaba dirigidos a lograr un proceso judicial eficaz y aumentar el escaso índice de las denuncias, situado en un sorprendente 20 por ciento. Después de cuatro años de lucha contra el maltrato y más de 300 millones de euros invertidos no se ha logrado reducir el número de víctimas mortales.

Esta realidad hace necesaria una revisión de la estrategia a nivel global. Las asociaciones de mujeres ya han comenzado a pedir cambios. Quieren que se centre el foco de atención en las necesidades de las mujeres como paso previo a la denuncia, en lugar de esperar a la entrada del caso en los juzgados antes de poner en marcha las ayudas. Así, desde la asociación Convive denuncian la desprotección de estas mujeres, «a las que sólo se les ofrece protección policial, cuando lo que realmente necesitan es apoyo personalizado para ganar confianza y seguridad y reunir fuerzas para cesar la convivencia antes de denunciar», indica una portavoz.

«Las instituciones se están equivocando en el mensaje. Antes de la denuncia hay que acoger a la víctima, informarla y asesorarla sobre las ayudas a las que puede acceder para salir adelante lejos de su agresor. Hay que establecer sistemas para acabar con la relación de pareja sin que la mujer corra peligro», añadió. En opinión de esta asociación, la denuncia como primer paso sólo puede provocar problemas porque «a ellos les enfada y a ellas les asusta todavía más», como ha ocurrido esta semana en Móstoles, dónde un hombre asesinó a su pareja 24 horas después de que esta denunciara su situación de maltrato.

Este ejemplo viene a demostrar que queda mucho camino por recorrer. «Si no se toman medidas, las maltratadas seguirán sin comunicar su situación, renunciarán al proceso o se negarán a declarar durante el juicio». Por ello, Convive reclama «un sistema de ayudas real, no como hasta ahora. El único apoyo que tienen es un sueldo de 430 euros, y durante un tiempo determinado, lo que demuestra la necesidad de programas de formación que lleven asociados la incorporación al mercado laboral».

Respuesta judicial
Por su parte, Ángela Cerrillos, presidenta de la asociación de mujeres juristas Themis, insiste en el problema judicial y explica que el bajo índice de denuncias está provocado por la falta de respuestas que la Justicia ofrece a estas mujeres. En cambio, Cerrillos no es partidaria de posponer la denuncia, pero reclama cambios en favor de estas mujeres. «La atención personalizada de las víctimas no es incompatible con la denuncia.

Para que tengan confianza y acudan a la Justicia, hay que mejorar las garantías en los juzgados. La violencia se producen en el ámbito privado, en el que los únicos testigos son las personas implicadas. Esto, a la hora del juicio perjudica a las maltratadas porque no se da credibilidad a sus testimonios si su tesis no está avalada por la investigación policial y muchos de los casos son sobreseídos».

«Simplificar el problema»
Esta desorientación es uno de los principales obstáculos con los que se encuentra la red de ayuda a este colectivo del Ayuntamiento de Madrid. Estos centros reciben cada año multitud de casos y, a pesar de las diferentes iniciativas del Gobierno, «no se aprecia un cambio de corriente en los últimos tres años», indica la directora general de Igualdad de Oportunidades del Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales, Rocío de la Hoz, que coincide con la valoración de las asociaciones: «Centrar el mensaje en denunciar es simplificar el problema», asegura.

Cree que las palabras del delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, –que defiende que «si no denuncias, no te podemos ayudar»–, no se ajustan a la realidad. «La mujer debe pasar un proceso previo para darse cuenta de la situación que vive. Primero necesita reconocer el problema y sentirse fuerte psicológicamente para comprender los beneficios de denunciar. Por eso, creo que el mensaje no va bien encaminado. La mujer necesita sentirse segura y ver un fututo prometedor, con esperanzas de salir de la situación».