Irak

Aquellos polisarios

La Razón
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Circula ya un clamor en las filas socialistas. Si Aznar tuvo su guerra de Irak, a Zapatero le estalla ahora otra similar: el Sáhara. Perdida la batalla de la opinión pública, por mucho que se esfuerce el omnipresente Rubalcaba, la cuestión de nuestra antigua colonia aviva sensibilidades y fracturas en el Gobierno y el PSOE. Los pasillos del Congreso bullían esta semana, mientras algunos históricos como Alfonso Guerra recordaban aquellos cónclaves federales en defensa del Frente Polisario y sus reivindicaciones históricas. La hemeroteca pasa factura. Muchos, en el seno del PSOE, piensan que la relación bilateral con Marruecos se está yendo de las manos. Entre la firmeza y el entreguismo debería existir un término medio. Cierto que el vecino magrebí es un socio estratégico para España, pero nunca un presidente del Gobierno, y su inefable ministra de Exteriores, vapuleada como pocas en sede parlamentaria, han gestionado tan mal un conflicto diplomático. Doble moral política, censura informativa y contradicciones evidentes, ante el régimen de Rabat y su Monarca. Mohamed VI no tiene la inteligencia y astucia de su padre, Hasán II, pero sabe bien cómo apretar la tuerca a un Ejecutivo entre fragilidad y torpeza.
Trini acabará haciendo bueno a Moratinos. Comentario extendido entre dirigentes socialistas. Si aquel primer viaje de Zapatero y Trinidad a Rabat, bajo la imagen del Gran Marruecos, incluyendo al Ándalus y Canarias, fue todo un escarnio, la actitud diplomática actual no lo es menos. Aquellos Polisarios, que diría Alfonso Guerra, ya no son ni tan pacíficos, ni tan amigos.