Londres

Los «tories» de David Cameron al borde del poder según un último sondeo

El Partido Conservador de David Cameron podría recuperar el poder, aunque sin mayoría absoluta, tras trece años de gobiernos laboristas, de confirmarse los resultados de un sondeo que publica hoy «The Guardian».

Los "tories"llevan una ventaja de ocho puntos a los laboristas del primer ministro, Gordon Brown, según ese sondeo, que da a los primeros un 36 por ciento, seguidos de los laboristas con un 28 por ciento y los liberaldemócratas de Nick Clegg, en tercer lugar con un 26 por ciento.

Otro sondeo para el diario The Independent y la cadena de televisión sitúa también primeros a los conservadores con un 37 por ciento y empatados con un 28 por ciento a laboristas y liberaldemócratas.

En ninguno de los casos obtendría Cameron la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes, que le habría permitido marcar la agenda sin depender del apoyo de otros partidos minoritarios como podrían ser los unionistas de Irlanda del Norte.

Una alianza táctica con los liberaldemócratas en cambio es altamente improbable, según los analistas, ya que el precio que exigirían éstos -la reforma del sistema electoral para hacerlo más representativo- sería inaceptable para los "tories".

Un resultado tal y como el que pronostican los sondeos puede terminar contentando a todos: a los tories, porque volverían al número 10 de Downing Street; a los laboristas, porque habrían logrado impedir una victoria contundente de los conservadores, y a los liberaldemócratas, porque habrían roto el tradicional bipartidismo.

El reto al que se enfrentarían los liberaldemócratas, en palabras de su líder, sería el de buscar un compromiso entre los dos mayores partidos rivales sin caer "en el mínimo común denominador"en momentos en que, debido a la crisis económica y el enorme déficit público, el país necesita una política clara y coherente.

Otra incógnita es si, una vez reconocida su eventual derrota, el hasta ahora primer ministro, Gordon Brown, querrá continuar como líder del partido o decidirá pasar el testigo a su segunda, Harriet Harman, quien encontraría a su vez oposición en algunos sectores del laborismo.