Estreno teatral

No era verdad por Agustín García Calvo

La Razón
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Resulta que por fin, entre los colores de las noticias, algo cambia y se sabe que el señor Clemente no ha fallecido por ahora. Esta noticia, que desmiente la anterior, suena para muchos (seguro que la gran mayoría) a algo bueno y alegre, lo mismo que cuando la ejecución de un reo de muerte se ve aplazada por la inexactitud de la muerte que la ley requiere.

Por el contrario la confirmación de la ejecución de la pena de muerte en los grandes Medios, y a tiempo, podría implicar algo más grave y serio; de modo que se nos exige que, en tanto, el desmentimiento o pérdida de la noticia sea una vaga y modesta alegría que se escurre por entre las barras del Orden; en cambio eso de que a veces se nos dé la confirmación de la muerte prevista, eso es la condonación de los hechos que fueran: no puede dar sino confirmación de las ideas, que el poder tiene establecidas para que el orden no vacile, y tanto así que no puede ser más que una confirmación de la muerte, que sin ello no podría ser más que una confirmación del futuro y todos los futuros, lo cual, lejos de proporcionarle a uno alegría ninguna de lo que pueda pasar, viene a ser el mandamiento de la esperanza y del tiempo del dinero. Eso es lo que los hombres del Capital se empeñan en llamarlo alegría y así lo venden como futuro, y animan a las poblaciones a un looking forward, como si no estuviera demasiado claro qué es lo que hay en ese futuro al que se mira. Y más aún: el poder, la muerte, no pueden menos en su desarrollo que intentar asegurarse también de que lo que ha pasado es lo que ha pasado y por tanto con nuestra fe y saber de la historia, conseguir, al servicio del señor, que lo pasado sea nada más que pasado, historia, y que aquí en lo que está pasando uno no pueda nunca animarse a hacer nada que no sea lo que está hecho: un descubrimiento de que no era verdad. Por eso aunque sea tan breve da tanta alegría que la muerte del señor Clemente no haya sido verdad y que quede por lo menos para otro rato.