Miami

Carmen Martínez-Bordiú cobra en viajes sus trabajos por Jesús MARIÑAS

Parece la bien pagá. Lo toman como gratitud por los servicios prestados porque ella, aunque generosa, no regala su siempre atractiva presencia. Carmen Martínez-Bordiú forma buen tándem junto al santanderino José Campos, pero verlos distantes ya no sorprende ni escandaliza.

José Campos y Carmen Martínez-Bordiú en el Museo Balenciaga
José Campos y Carmen Martínez-Bordiú en el Museo Balenciagalarazon

Hablan, incluso, de la existencia de nuevas fotografías comprometedoras de su marido que se ofrecen al mejor postor, pero ella sigue haciendo lo que le da la real gana. Esta semana lo demuestra en un reportaje africano junto a su hija Cynthia Rossi. En cada nuevo desplazamiento, la nieta de Franco no se corta un pelo: si su última expedición fue a los hielos antárticos, lo de ahora tiene mayor colorido con la selva de por medio. Sigue firme en su intención vital de no apoltronarse siempre en tándem con algún familiar: lo mismo disfruta con su madre, la duquesa de Franco, que compartiendo emociones al lado de su hija, convertida ya en toda una mujer. Cynthia da continuidad a la saga de bellezones y encima tiene don de gentes y estilo. La información provoca casi regocijo y no tiene desperdicio, aunque gráficamente no refleja la inmensidad de Tanzania y del resto de lugares visitados por las aventureras bajo sombrero salacot con mosquitera incluida. Las malas lenguas comentan que este nuevo safari es una compensación de su amiga Cari Lapique por ayudarla a promocionar la agencia turística en la que ejerce como relaciones públicas. «Es como un cheque por la presencia de Carmen en el cóctel promocional», aseguran los conocedores del apaño. Visto así, resulta un detalle bonito y hasta elegante. Marca historia y establece algo nuevo en el mundo de los reportajes que siempre rematan con el latiguillo de agradecimientos: que si al estilista, la peluquera, el maquillador, etc. La novedad aquí es que incluyen el nombre, la marca o el distintivo de la mayorista que montó el viaje, y así supone una doble promoción. Parece justo, aunque no todo es como lo pintan, y bien lo sabe la colega Pilar Gallego: en el sorteo celebrado durante un cóctel, fue premiada con un apetecible viaje a Las Galápagos, pero del entusiasmo pasó a la desolación. «Me dijeron que sólo pagaban las cuatro noches de hotel, que el viaje iba de mi cuenta. Y cada billete cuesta 1.500 euros», contó apenada, con la ilusión rota después de haberse sentido agraciada por la diosa fortuna. Por cierto, Cary está en un ay permanente y han descubierto que la agencia turística que representa no medió en la contratación del piso en Miami que su hija Carla, ya en capilla, pactó con su abuela paterna, Nena Perojo, para alquilarlo.