Japón

Un nuevo marco por José Mª Baldasano

El apagón nuclear alemán puede representar un declive muy importante, si no definitivo, de la generación eléctrica mediante reactores nucleares. La decisión se produce por lo ocurrido en Fukushima, pero también se debe interpretar en clave electoral.

La Razón
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La contribución nuclear es básica en países como Francia y Japón, pero en otros su contribución al mix eléctrico se sitúa en valores del 20%, caso de España. En la demanda de energía primaria mundial representa del orden del 6% y en generación eléctrica del 14%. El análisis de consecuencias se debe hacer tanto a nivel mundial como europeo. Esta energía deberá ser reemplazada, y es ahí donde están realmente los factores de oportunidad, particularmente para Europa (por su dependencia energética) y para China, por su incremento de la demanda energética. Es Europa quien tiene un reto clave, no sólo Alemania. La solución a medio y largo plazo no pasa por comprar la electricidad a los vecinos. Las energías renovables deberían cubrir claramente la sustitución, complementadas por el gas natural, al objeto de reducir las emisiones de CO2. Sin olvidar que se debería acelerar la investigación en la fusión nuclear. Se estima que el coste de clausurar las 17 centrales alemanas podría ser de 40.000 millones de euros, más los importantes recursos económicos que se deberán emplear en las inversiones de sustitución. Pero el análisis de costes-beneficios debe considerar los créditos de emisión de CO2, y los factores de oportunidad que el reto sustitutivo representa. Teniendo en mente los costes sociales y económicos asociados a un potencial accidente. No sirve únicamente un estricto análisis económico. Esta decisión representa poner a Europa en la vía de reformular su actual modelo energético, y debería caminar hacia un autoabastecimiento basado en las renovables.

José Mª BALDASANO es Catedrático de Ingeniería Ambiental de la UPC