Firmeza por favor

El Gobierno de Zapatero otorgó voz y voto a Gibraltar en un foro creado «ad hoc» para tratar los asuntos relativos a la colonia inglesa. Estaba convencido de que esa actitud «generosa» apaciguaría los ánimos y resultaría más fructífera que ninguna de las mantenidas hasta la fecha. Pero una vez más volvió a equivocarse con su política de apaciguamiento porque Caruana la interpretó como un signo de debilidad y desde entonces se han agudizado las tensiones. La última, la decisión del ministro principal de La Roca de desconvocar unilateralmente las próximas reuniones del foro tripartito. Para mayor humillación lo comunicó a través de una nota oficial publicada en los medios «yanitos». El ministro principal gibraltareño lleva años actuando ilegalmente al apropiarse de las aguas que rodean el Peñón en un doble sentido. Por un lado, las deseca y, convertidas en suelo, construye urbanizaciones; y por otro, la Policía gibraltareña actúa contra patrulleras españolas como si las aguas fueran de la colonia. En cambio, el Tratado de Utrecht asegura que las aguas que rodean la roca inglesa son españolas. O, dicho de otra forma, la colonia sólo es la roca y nada más. La respuesta del Gobierno debería apostar por el diálogo, pero defendiendo con firmeza los intereses de los españoles y de los que viven en las poblaciones del campo de Gibraltar. De lo contrario, Caruana, envalentonado, se atreve a desafiar a España y a posponer el encuentro hasta que se aclare la territorialidad de las aguas. ¿Hasta dónde van a permitir que avance?