Investigación científica
Las crucíferas que el cáncer abomina por Miguel Ángel ALMODÓVAR
Desde que el cáncer dejó de ser una larga y penosa enfermedad, casi se percibe como una de esas tantas dolencias emergentes de etiología dudosa, complejo diagnóstico e inabordable tratamiento. Pero el cáncer se diagnostica bien, cada vez se trata con mayor eficacia, y las expectativas de superarlo crecen sin cesar. Aunque por encima de cualquier tratamiento habría que situar sin duda la prevención, ya que no fumando, evitando el alcohol, llevando una dieta equilibrada, no tomando el sol en exceso y haciendo algo de ejercicio, el cáncer podría llegar a reducirse en un 60 por ciento en tan sólo unos años. Por lo que específicamente se refiere al cáncer de mama, la dieta debe incluir batata, rica en un carotenoide que ayuda a metabolizar mejor los estrógenos; tomate, abundante en licopeno, poderoso antioxidante capaz de neutralizar los temidos radicales libres, y sobre todo crucíferas (coliflor, coles y brécol a la cabeza), reservorios de un sulforante que inhibe la reproducción cancerosa celular y que los tumores abominan con todas sus fuerzas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar