Paella paseo y vuelta a casa

Los 95 minutos que desde ayer separan ambas capitales sirvieron a muchos de excusa perfecta para pasar el día de descanso a orillas del Mediterráneo o disfrutando de algún espectáculo navideño en Madrid. La impresión de los viajeros fue unánime: «Una maravilla». La única pega, no poder disfrutar del paisaje a través de la ventanilla dado la velocidad que alcanza el tren. Una de las anécdotas del día la protagonizó una familia de 16 miembros que se sumó al primer viaje en la estación Cuenca con destino a Madrid para asistir a un musical infantil. El abuelo de la tropa, Antonio Granero, explicó que el viaje era «un regalo para mis hijos y para mis 9 nietos». También disfrutó del primer trayecto José Luis Jiménez, un amante del ferrocarril que no quiso perderse la «oportunidad única» de estrenar la línea. Jiménez apenas permaneció una hora en Atocha, ya que su objetivo era ser uno de los primeros en viajar en el nuevo AVE, así que regresó a la capital levantina en el siguiente tren.

Hasta Madrid también llegaron en 95 minutos un grupo de señoras valencianas que «abandonaron» a sus maridos en casa para pasar «un par de días» por Madrid y «ver algún teatro y hacer alguna compra navideña». Concepción y Vicente, por su parte, estrenaron la nueva conexión para, desde Barajas, «coger un vuelo directo a Bolivia» y pasar allí las fiestas con su familia.

En el AVE que llegó desde Valencia a las 17 horas también regresaban Enrique Urkijo y Cecilio Gómez, Director General de Viajeros de Renfe y Director de Alta Velocidad respectivamente, tras un día inaugural ajetreado. «Todo ha salido perfecto», comentaron.

Y es que Renfe ya ha vendido nada menos 95.000 billetes de la línea en venta anticipada.