Berlín
Belfast «derriba» su muro de Berlín
La ciudad reabre por primera vez una puerta del simbólico parque Alexandra, que separaba a católicos y protestantes. Aún quedan 49 tapias en el país
LONDRES- Los alumnos de Belfast dejaron ayer los libros en clase y salieron a jugar al parque Alexandra. Los más pequeños no entendían bien la presencia de tanta Prensa y fueron los mayores, con apenas 8 años, los que les explicaban qué estaba ocurriendo. «Nuestro pasos son históricos», decían. Por primera desde la época de los «troubles», ayer se abrió la puerta de uno de los llamados «muros de paz».
El sangriento conflicto que vivió durante años la provincia británica acabó con la vida de más de 3.600 personas. Católicos y protestantes decidieron elevar altos muros para dividir la ciudad y proteger a los suyos. Algunos están durando más en pie que el propio muro de Berlín. Pero hoy las cosas son diferentes y las autoridades han dado un paso más para promover las relaciones entre las dos comunidades.
La valla de tres metros de altura en el parque Alexandra se levantó en la mañana del 1 de septiembre de 1994, cuando el alto al fuego del IRA había cumplido sólo 24 horas de vida. Se trataba de uno de los parques más simbólicos de la ciudad, pero los niños protestantes nunca tuvieron que jugar con los católicos en los columpios. Ayer la estampa de verlos juntos hizo llorar a varios abuelos, testigos de aquellas masacres.
Por el momento, durante los próximos tres meses, la puerta estará abierta de lunes a viernes de 9 a 15 horas. Por las noches y los fines de semana continuará cerrada. Los políticos saben que el proceso de cambio es lento y no quieren apresurarse para evitar enfrentamientos de bandas armadas que aún causan disturbios en la ciudad.
En la agenda, también está prevista la apertura de una segunda barrera que corre paralela al parque, y que podría agilizar el tráfico, tal y como han demandado los propios vecinos.
Los llamados «muros de paz» son los elementos más simbólicos del Ulster. Uno de los más significativos es el que separa Falls Road de Shankill Road, la zona católica y protestante por excelencia. Cuando empezaron a construirlo, el teniente Gen Ian Freeland, del Ejército británico, predijo: «Esto será algo temporal. No vamos a tener un muro de Berlín ni nada por el estilo en la ciudad». Cuarenta años después, el vallado de hormigón de 12 metros de altura sigue intacto.
Un país sembrado de muros
En la actualidad hay 49 muros en todo el país, seis más que en 1998, fecha en la que se firmó el Acuerdo de Viernes Santo. Uno de los últimos fue construido hace un par de años, a siete metros del Hazelwood Integrated Primary, uno de los primeros colegios de la capital donde estudian juntos niños católicos y protestantes. La tapia tiene 170 metros de largo y 8 de alto. Es lo primero que ven al entrar y al salir de la escuela. Ayer, sin embargo, todos se olvidaron de puertas y divisiones en el parque Alexandra. El ministro de Justicia, David Ford, dijo ayer que los vecinos de la zona «han mostrado gran valor al dar este primer paso para derribar una barrera símbolo de la divisón y segregación».
Dos policías heridos al estallar una bomba
Era un día histórico y las bandas terroristas que aún no aceptan el proceso de paz quisieron dejar su sello. Dos agentes de la Policía norirlandesa resultaron ayer heridos tras ser alcanzados por un artefacto explosivo cuando respondían a una llamada de emergencia de un comercio de la localidad de Newtownabbey, al norte de Belfast. Ninguno de los policías presenta heridas de gravedad. Aunque aún es pronto para acusar a responsables, todo apunta a que detrás del ataque se encuentra alguno de los grupos disidentes del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).
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