Sanidad promueve los estilos de vida saludables para prevenir la cardiopatía

La consejera de Sanidad y Consumo, María Ángeles Palacios, presentó ayer el «Programa Integral de Atención a la Cardiopatía Isquémica» para el periodo 2010-2013, que entre sus objetivos busca implicar a los ciudadanos en el cuidado de sus estilos de vida.

El programa forma parte de las acciones del Plan de Salud de la Región para 2015 y en su elaboración han participado más de 40 profesionales sanitarios de Atención Primaria y Especializada. Con él se quiere lograr un descenso del 15 por ciento en el número de personas que fallecen por infarto de miocardio, reducir un 20 por ciento los ingresos hospitalarios por cardiopatía isquémica, conseguir un control óptimo de las personas con hipertensión arterial y que el porcentaje de fumadores en la Región se sitúe por debajo del 28 por ciento entre los mayores de 18 años.

Palacios señaló que con esta iniciativa «pretendemos articular e integrar todas las actuaciones que se ofrecen desde la Consejería y los dispositivos asistenciales, al tiempo que queremos incorporar nuevas iniciativas, todas ellas encaminadas a mejorar la prevención y la atención que se ofrece a las personas con esta enfermedad».

Mejora en la asistencia

El Programa de Atención a la Cardiopatía Isquémica se ha orientado hacia la prevención primaria, para lo cual se propone adoptar las medidas necesarias básicas para evitar la aparición de la cardiopatía isquémica, y la prevención secundaria, para conseguir un control de los factores de riesgo en los pacientes que ya han sufrido un episodio, e implicar a los ciudadanos en el cuidado y cambio de sus estilos de vida, de forma que, como señaló Palacios, «se conviertan en sujetos activos en el cuidado de su salud».

En este sentido, la titular de Sanidad recordó que «estamos ante una enfermedad que podríamos evitar en más del 80 por ciento de los casos si controlamos factores de riesgo como el consumo de tabaco, la tensión arterial alta, el exceso de colesterol en sangre, la obesidad, el sedentarismo y la diabetes».

Asimismo, se incide en la asistencia a los pacientes que sufren un evento agudo, como el infarto de miocardio o la angina de pecho, al actuar en la mejora de los tratamientos, una mayor coordinación de los dispositivos de urgencias y una especial atención de continuidad asistencial entre la atención que se ofrece en los hospitales y en los centros de salud. Para ello se han fijado una serie de actuaciones innovadoras como un programa de prescripción de actividad física desde los centros de salud para las personas con varios factores
de riesgo para sufrir la cardiopatía, en el que los médicos de familia y los enfermeros serán los responsables de la indicación y seguimiento de los pacientes. Además, se ofrecerá apoyo psicológico desde los centros de salud a las personas que decidan abandonar el tabaco.

Por otro lado se refuerza el circuito asistencial necesario para atender a los pacientes cuando sufren un infarto agudo de miocardio.

Otra de las acciones previstas se orienta a disminuir el número de pacientes que fallecen tras sufrir un infarto sin que hayan recibido atención sanitaria. Para ello se va a continuar con la instalación de desfibriladores semiautomáticos en los centros donde se produce acumulación de personas y se va a iniciar un programa de entrenamiento en reanimación cardiopulmonar basica para los familiares de pacientes que hayan sufrido un infarto, con la finalidad de que puedan darle el soporte necesario al enfermo en el supuesto de sufrir un nuevo infarto y mientras acuden los servicios de emergencia.