Cataluña
El vídeo de Méndez
El movimiento sindical que prepara la poco presumible huelga general del 29 de septiembre, se siente feliz. Al fin, ha encontrado la luz del llamamiento masivo. Chiquilicuatre. Méndez se adapta a los nuevos tiempos. Años llevaba preguntándome: ¿Qué hará Méndez para salir del atolladero sindical? Mi pregunta ha obtenido la respuesta adecuada: Chiquilicatre. Hábil producción humorística. Se trata de apoyar la convocatoria a una huelga general contra un Gobierno que ha creado cinco millones de parados, y no se habla del Gobierno. Gran habilidad la de los guionistas sindicales. Se atribuyen los males laborales a Fraga y al empresariado. A eso se le llama rizar el rizo hasta el máximo rizado. A falta de Rodiezmo, Chiquilicuatre.
El problema es que Chiquilicuatre, al que no rebato los elogios artísticos que merece, no tiene aspecto de sindicalista, y menos aún, de componente de un piquete «informativo». De ahí mi admiración por la arriesgada y original idea de Méndez. Para mí, que la huelga está pactada.
Un empleado sumiso que vive de lo que le regala el jefe, no actúa contra su jefe, de no ser tonto. La huelga general convocada por UGT y CCOO es de película de Uganda. Corbacho, con su gran sentido del humor, antes de partir hacia su final político en Cataluña, haría bien en contratar a cualquier pedorra deslenguada de los programas hepáticos para contrarrestar la influencia social de Chiquilicuatre. Por lo menos, la huelga saldría original. Con pocos huelguistas, pero diferente. Y todo quedaría en casa. El Gobierno pagando, los sindicatos recibiendo, Chiquilicuatre cobrando, y los ciudadanos trabajando –los que pueden–, para que uno pague, otros reciban y alguno cobre.
Hay gente para todo. Y mucho me temo que no faltarán las malas lenguas que critiquen con acidez la genial idea de Cándido Méndez, que por otra parte, y como era de esperar en persona de tan acrisoladas virtudes, se niega a hacer público el coste de los vídeos de Chiquilicuatre. Y hace bien. La administración de los honestos dineros sindicales no puede estar expuesta a la vista y conocimiento de todos. Sería contraproducente que los trabajadores de España conocieran el nivel de sueldo de las decenas de miles de sindicalistas de despacho que no hacen prácticamente nada. Y menos aún, poner en duda el milagro de los panes y los peces. Si con las cuotas de los militantes no se puede pagar ni el recibo de la luz, ¿de donde viene el dinero que cobran los ardientes burócratas sindicales?
Viene, sencillamente –algo he oído–, del Gobierno contra el que, supuestamente, van a convocar la huelga. Contra el que los mantiene. Por eso no puede ser una huelga normal, y hay que suavizarla con el humor altísimo de un artista comunicador como Chiquilicuatre, que para colmo de la genialidad, se mete con Fraga, como si Fraga tuviera algo que ver con la actual situación laboral y económica.
Bien por Méndez. Un nuevo sindicalismo ha nacido. Contra cinco millones de parados, Chiquilicuatre.
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