Ibiza
Formentera: un paraíso mediterráneo
Ya sea viajando en solitario, en pareja o en familia, las playas de la más pequeña de las Baleares son ideales para desconectar, disfrutar del sol y de sus aguas transparentes, con la posibilidad de participar en numerosas actividades
Formentera alberga algunas de las mejores playas del Mediterráneo. Grandes arenales y pequeñas calas que recuerdan otras latitudes, destinos lejanos que suenan de forma exótica en nuestra cabeza. Pero la pequeña de las Pitiusas está más cerca y cuenta con otros alicientes. La isla tiene un clima característicamente mediterráneo, pero debido a su meridionalidad, es más soleada y árida que Ibiza, Menorca y Mallorca. También es la isla en la que mayor incidencia tienen los vientos, lo que evita el bochorno veraniego, con noches más refrescantes, y favorece la práctica de deportes náuticos como la vela o el windsurf.
Debido a su magnífico estado de conservación, las playas de Formentera son propias de una isla casi virgen. Un 70 por ciento de su territorio natural está protegido y apenas ha sufrido modificaciones. Todo ello se refleja, y nunca mejor dicho, en unas aguas de color turquesa que no dejan indiferente a nadie. La posidonia oceánica, planta marina endémica del Mediterráneo, «hace su trabajo», aportando grandes cantidades de oxígeno y materia orgánica. Entre Ibiza y Formentera se encuentra la pradera continua de posidonia oceánica más grande del Mediterráneo con una superficie de 700 kilómetros cuadrados, y en la zona más septentrional de Formentera se ubica el ejemplar más grande con ocho kilómetros de longitud y 100.000 años de antigüedad, por lo que puede considerarse como el ser vivo más grande del planeta.
Playas para todos los gustos
Nuestro paseo por las playas de Formentera se inicia en la península de Es Trucadors, una larga lengua de arena que se estrecha de sur a norte y en la que en su cara este se encuentra la playa de Levante, en la oeste, hacia el sur, la de Es Cavall d'en Borrás y, a continuación, la playa de Illetes. Ésta es, sin duda, la más visitada por los turistas, por su blanca y fina arena, así como sus tranquilas aguas de color turquesa. Un poco más al norte, Illetes y Levante están tan cerca una de la otra que se puede extender la toalla en medio y contemplar ambas a la vez. Todas estas playas se encuentran dentro del Parque Natural de Ses Salines d'Eivissa i Formentera. Por ello, para visitarlas con vehículo a motor (motocicleta o coche) se tiene que abonar una tasa (dos y cuatro euros respectivamente) a la entrada del camino que conduce hasta las playas.
Migjorn es el otro gran arenal de la isla, cinco kilómetros de playa que abarca prácticamente todo el sur de Formentera. No es difícil encontrar rincones solitarios donde poder disfrutar del sol y el baño. De hecho, esta es una de las playas frecuentadas por los habitantes de la isla y numerosas familias. A continuación de Migjorn, protegida por una zona rocosa y escarpada, se esconde uno de los rincones más cautivadores de Formentera, Caló des Mort. Su belleza radica en las casetas varadero que alberga y en la montaña que la protege. Tampoco nos podemos olvidar de Cala Saona, un rincón muy familiar, de aguas poco profundas, o la zona litoral de Tramuntana, un tipo de costa rocosa baja que se puede recorrer, siempre con el calzado adecuado, en busca de pequeñas calas de arena.
Turismo activo
El mar será escenario de numerosos eventos a finales de verano y principios del otoño, como la IV Semana de Fotografía Submarina (puede encontrar más información en la página web www.semanafotosubformentera.com), la cita ineludible del mes de octubre para los aficionados a la fotografía y el submarinismo, que desde la edición anterior cuenta con la presencia de Pierre-Yves Costeau, hijo de Jacques Costeau. Durante toda la semana tienen lugar inmersiones, clases teóricas, seminarios… y para finalizar, el certamen Open de Fotografía de Formentera.
Sin salir del agua, pero a bordo de un kayak, podemos tomar la salida en la II Vuelta a Formentera en Kayak, organizada por el olímpico Asier Fernández, y que se realiza en tres etapas diarias de 22 kilómetros, en el mes de septiembre. Los participantes van acompañados en todo momento por un guía que informa de los aspectos históricos y geológicos más destacados.
Ya sobre tierra firme, también durante el mes de cctubre, los amantes del cicloturismo pueden participar en la II Vuelta a Formentera en BTT (www.formenterabtt.com), que tendrá lugar durante los días 29, 30 y 31 de octubre. Días antes, del 9 al 12 del mismo mes, se celebrará la II Vuelta a Pie en otoño. Sendos acontecimientos tendrán como escenario los Circuitos Verdes de la isla. Hasta doce rutas polivalentes invitan a descubrir lugares insólitos, caminar sobre restos de empedrado romano, admirar casas payesas y disfrutar de la vegetación de la isla. Como novedad, además, este año se ha implantado un sistema de audioguías culturales gratuitas, reproductores multimedia que proporcionan información, leyendas y anécdotas al visitante sobre las torres de defensa, faros y restos megalíticos que podemos contemplar paseando por los caminos de la isla.
Además del puerto de La Savina, lugar único de llegada de los viajeros, merece la pena visitar las principales poblaciones de la isla, enclaves todos ellos de dimensiones reducidas y sencillo urbanismo que han sabido integrarse en el entorno natural que las rodea. Tal es el caso de Sant Francesc, Sant Ferran, El Pilar de La Mola y Es Pujols, el enclave más turístico de la isla, ya que es aquí donde se concentran buena parte de los alojamientos, restaurantes y locales de ocio de Formentera, pero nada tiene que ver Es Pujols con otras localidades turísticas de nuestras costas.
El sabor de lo tradicional
La isla mantiene presentes sus tradiciones a través de las fiestas y celebraciones populares donde la música, bailes y cantos son protagonistas. Ocasiones perfectas para contemplar el traje tradicional y el «ball pagés» son el 24 de junio, durante las fiestas de Sant Joan, en el Pilar de La Mola. O cuando se acerque el día de Sant Jaume, patrón de la isla, cuya figura se venera desde principios de julio hasta el día 25 del mismo mes.
En realidad, nada tiene que ver Formentera con cualquier otro destino, porque esta isla es única, ya sea por su mágica luz, sus colores naturales de tonalidades infinitas, su inalterado espíritu mediterráneo o por el carácter acogedor de sus gentes. Más información en la página web www.formentera.es
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