«Sofía hija di algo»

La convocatoria enviada por el gabinete de Prensa de la Casa de su Majestad el Rey pedía a los periodistas interesados en cubrir la llegada al cole de las Infantas que no lo hicieran antes de las nueve y veinticinco de la mañana por eso de no molestar al resto de los alumnos y familiares. Para evitar también que las cámaras tomaran instantáneas de sus compañeros, los Príncipes de Asturias comparecieron ayer ante los medios en el centro Nuestra Señora de Los Rosales cinco minutos antes de las diez de la mañana, momento en que los estudiantes ya se encontraban en las aulas desde hacía media hora.

Vestidas con el uniforme del mismo colegio al que acudió su padre –falda gris, camisa blanca y jersey azul– y con la mochila de la marca Kipling que la Reina regala cada año a sus nietos, Doña Leonor y Doña Sofía llegaron «al cole de mayores», como ellas lo llaman, sonrientes y de la mano de sus padres. En casa ya habían cantado el «Cumpleaños feliz» a su madre, que ayer celebró sus 38 años en un día que dedicó a su familia y amigos, ya que, según la agenda de la Familia Real, no tenía ningún acto previsto.

El traspiés de Sofía
No era el primer día de colegio, ya que las niñas comenzaron el curso el lunes, pero sí es el primer año que estudian las dos en el mismo, porque la primogénita, que el 31 de octubre cumple cinco años, empieza tercero de Educación Infantil y la pequeña, de tres, primero, después de asistir, igual que su hermana, a la guardería de la Guardia Real de El Pardo.

La presencia de numerosos periodistas y reporteros gráficos que las esperaban, mientras retrataban cada uno de sus movimientos, terminaron por intimidar a las niñas. Su madre no consiguió arrancarles una palabra: «Sofía, hija, di algo», afirmó la Princesa en un intento de convencer a la pequeña, que no quitaba ojo a las cámaras y se refugiaba en su madre. Doña Letizia apuntó que «se ha adaptado muy bien al centro. Está contenta después de acudir el año pasado a la guardería». Menos tímida se mostró Leonor, que, además de saludar con la mano y confirmar que a las dos les gusta el cole y que se divierten mucho, asentía con la cabeza a la pregunta de una redactora, que deseaba saber si cuida de su hermanita, aunque no coinciden en el recreo. Al entrar en el centro mixto y laico –«Nos vamos, que llegan tarde»–, apuntó el Príncipe, Sofía se tropezó y cayó al suelo, una anécdota que provocaba otra lluvia de «flashes», a los que la Infanta miraba alucinada.


«Estoy muy ‘‘letiziada''»
«Doña Letizia gesticula bastante, sobre todo, mueve las manos de una forma muy especial, y he tenido que practicar mucho. Me siento muy ‘‘letiziada''», afirmó Amaia Salamanca durante la presentación de «Felipe y Letizia: una historia de amor», que estrena T-5 en octubre. La miniserie relata la vida de los Príncipes de Asturias –Fernando Gil interpreta a Don Felipe– desde que se conocieron hasta que contrajeron matrimonio en la catedral de la Almudena, escena (en la imagen) en la que la actriz luce una réplica del diseño de Pertegaz, igual que de las joyas y la tiara.