México
El consejero delegado de BP: El hombre más odiado de EEUU
Los congresistas reciben con duras críticas al ejecutivo de la petrolera BP
NUEVA YORK- El consejero delegado de BP, Tony Hayward, aguantó ayer el chaparrón de los legisladores estadounidenses en un subcomité de investigación de la Cámara de Representantes. Entre las críticas, el impasible británico alcanzó a decir que «lo siento profundamente. Entiendo la seriedad de la situación, las frustaciones y los miedos», admitió Hayward, que en 2009 ganó 4.7 millones de dólares. Antes de testificar, el ejecutivo puso la mejor de sus caras a la reprimenda de los políticos de Washington, que se prolongó durante más de una hora. Los mismos legisladores saben que más tarde tendrán que rendir cuentas antes su electorado, muy descontento con la forma de abordar la situación de la Administración Obama. «No somos gente pequeña, pero sí nos gustaría recuperar nuestras vidas», recordó el representante demócrata Bart Stupak de Michigan al británico. Estas palabras se pronunciaron en referencia al comentario del presidente de BP, Carl-Henric Svanberg, sobre que se compadecía de la «gente pequeña» del Golfo y del propio Hayward, que hace días admitió que quería «recuperar mi vida». Durante la sesión, Stupak preguntó directamente al consejero delegado de BP si consideraba que el Gobierno debía prohibir las perforaciones a compañías con un historial pobre en seguridad. Hayward contestó como pudo: «La seguridad siempre ha sido mi mayor prioridad. Por eso, estoy tan destrozado», defendió. El demócrata Henry Waxman le echó en cara que de las 30.000 pruebas que su comité ha revisado no se ha podido ver «ningún email o documento en el que ustedes muestren la más mínima atención a los peligros del pozo». Hayward también recibió recriminaciones del público que quiso asistir a la audiencia. Al principio de su intervención, fue interrumpido por una mujer que gritó: «Que te acusen de crimen». Pero no todo fueron reprimendas. El republicano Joe Barton pidió perdón a BP por el fondo que el presidente Barack Obama ha obligado a abrir a la compañía. «Hablo por mí, no por el Partido Republicano, pero me avergüenza lo que ocurrió ayer en la Casa Blanca. Es una tragedia que una corporación privada sea objeto de lo que yo llamaría un chantaje de 20.000 millones», explicó Barton.
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