Mc Laren Honda
Nuevo rumbo por Gonzalo Alonso
Josep Pons cumplió contrato el pasado agosto, pero el Inaem ha tenido a bien dejar al nuevo responsable del Ministerio de Cultura la decisión sobre el nombramiento del nuevo titular. Decisión acertada dentro del absurdo de haber alcanzado sin sucesión el vencimiento de contrato, cuando estas cosas se fraguan un par de años antes debido a las agendas de los maestros. Claro que peor habría sido intentar aplicar el manoseado Código de Buenas Prácticas para justificar un nombramiento que sólo debe llegar como una decisión personal entre todas las posibilidades del mercado. Quizá nunca, por cierto, ha habido tantos jóvenes valores españoles emergentes, si es que se quiere optar por esta apuesta. No se puede pretender que ellos o cualquier extranjero de cierta reputación se presenten a oscuros concursos. Eso sí, las buenas prácticas deberían servir en el futuro, ya que no en el pasado, para evitar que una titularidad conlleve la colocación en las temporadas de la agrupación de toda la escudería del agente de turno de aquél en perjuicio de todos los demás y también, claro está, del propio público.Y, sea quien sea, que por favor no se aparte del sentido común en la programación. La orquesta tiene –más bien tuvo– su público y no es cuestión de estar buscando permanentemente «nuevos públicos» despreciando el existente. ¿Se imaginan un nuevo presidente de Coca-Cola que, nada más aterrizar, cambiase su sabor para ganar «nuevos consumidores»?
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