Valencia

Puede ser arte el secuestro de Ortega Lara

Omar Jerez recreará a través de una performance el cautiverio que padeció

Omar Jerez, vestido con un jersey similar al del secuestrado
Omar Jerez, vestido con un jersey similar al del secuestradolarazon

Nació en Granada, tiene 31 años y vive sin televisión. Cuando quiere saber qué pasa por el mundo le vale internet. Se llama Omar Jerez y el próximo día 29 de noviembre rendirá su particular homenaje a José Ortega Lara en forma de performance: durante ocho días intentará revivir el calvario que padeció quien estuvo secuestrado 532 días por ETA. El porqué de este montaje es la primera pregunta: «Mi padre es palestino y mi madre, judía. El perteneció a un comando terrorista que asesinó a muchas personas. Si fuese juzgado me parecería lo más justo. Cuando mi hermana tenía cuatro años y el día en que mi madre se enteró de que estaba embarazada de mí, mi padre secuestró a la niña durante dos años. Por tanto, creo que existe un paralelismo claro entre mi vida y la de Ortega Lara. Mi padre fue un asesino y un secuestrador», explica este creador no vinculado («ni ahora ni en veinte años que pasen») a ninguna galería.

Imposible en Álava
Cuando supo del secuestro le afectó bastante: «He vivido en barrios obreros de Madrid y desgraciadamente he visto de cerca atentados terribles como el del Puente de Vallecas o el de Irene Villa. No tengo miedo, nada. Me parece increíble lo que se ha hecho con Bolinaga en un estado de derecho como el nuestro. Además, ningún artista ha hablado sobre ETA y yo quería hacerlo». Por eso se encerrará en un zulo de unas dimensiones exactas a las del secuestro, salvando, claro está, las distancias que median entre el horror vivido por el cautivo y el arte. No recibirá noticias del exterior. Comerá tres veces al día, frutas y verduras, y hará sus necesidades ante el público. Aunque sabe que aproximarse siquiera un porcentaje mínimo es quimérico, subraya que «quiero saber qué padeció y tener una aproximación al calvario que pudo sufrir. El público podrá ver que yo no me muevo, que hora tras hora permanezco allí», asegura. Intentó montar su performance en una galería del País Vasco, de Álava, «pero finalmente decidimos hacerlo en otro punto de España porque allí era imposible, demasiado arriesgado», confiesa.

En La Mutante, una sala de Valencia, estará el artista físicamente, en la madrileña Jod Low su presencia será virtual y se podrá seguir su evolución a tiempo real mediante internet. «Es mi homenaje a las víctimas, ejemplificadas en él». Sabe que en el tema terrorismo la sensibilidad en España está a flor de piel. ¿Había necesidad? «He sido absolutamente respetuoso con el personaje y exquisito con el tratamiento, aunque soy consciente de que generará controversia por parte de los más radicales, incluso del propio mundo del arte. Palos me van a caer, lo sé». El artista, que ya anunció su propia muerte en Facebook, ¿persigue ahora sus cinco minutos de fama? «Mis obras anteriores ya han tenido cierta repercusión. No lo hago para que se hable de mí, me parece absurdo. En el arte, el exceso puede ir en tu contra. La fama no me da de comer», dice muy tranquilo, similar tranquilidad a la que muestra cuando se le pregunta si su trabajo se puede catalogar llanamente de espectáculo: «Está orientado dentro de un formato artístico, no forma parte de un «show business» para masas porque el arte es limitado. Si la gente lo ve como lo que no es, es decir, como un espectáculo, habrá que respetarla». Junto a él estará Javier Marisco, comisario de la performance y director del festival Incubarte.

«Denigrante y rastrero» para DyJ
Aunque Omar Jerez aseguró a este diario haberse puesto en contacto con las asociaciones de víctimas para explicarles su propuesta, Dignidad y Justicia supo de la performance a última hora de ayer por LA RAZÓN. Su presidente, Daniel Portero, cargó contra el montaje. En su opinión, «hacer arte con el sufrimiento de las personas es denigrante y rastrero». Muy molesto al conocer los pormenores de la puesta en escena del artista granadino, señaló que Jerez «no tiene ni idea de lo que es ETA, y menos, de que la banda terrorista no se ha acabado; que se trata de una herida que está viva y que hablar de ello requiere, por lo tanto, de mucha delicadeza». A Portero no le valen los argumentos esgrimidos por Omar Jerez en el sentido de que el arte «no transgrede» o que pretende «concienciar al público». Añade que, «por hacer analogía, cuando venga alguien a hacer algo semejante con el secuestro y el asesinato de un palestino a manos de un judío, creo que no le haría mucha gracia». La AVT, informada también por este periódico, no quiso pronunciarse, informa Andrés Bartolomé. .