Conciliación

Dos semanas en huelga de hambre para pedir un trabajo

Jesús y Óscar, en paro y desesperados, acampan en la puerta del Ministerio

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MADRID- Situaciones difíciles a veces requieren medidas desesperadas como en el caso de los dos nuevos residentes de los Nuevos Ministerios. Jesús y Óscar, de 29 y 19 años, cumplen hoy catorce días en huelga de hambre frente al Ministerio de Trabajo. Muchos madrileños podrán verse reflejados en su caso: el primero, asturiano, asegura que ha trabajado en el sector de la construcción desde los 17 años. Últimamente estuvo empleado como gruísta, pero la crisis le llevó a engrosar los números del INEM. El segundo, madrileño diez años menor, trabajó como camarero hasta hace unos meses. Ahora, como su compañero de fatigas, está en paro.
Desde el pasado 5 de abril, ambos conviven en una tienda de campaña que han tenido que trasladar a una mediana de la calle porque, aseguran, los agentes del Ministerio consideraban que, si quisieran, «podrían tener escondidos explosivos» en el campamento frente al que a diario pasan los altos cargos de Trabajo, Fomento, Asuntos Sociales e Inmigración. Todo un ejército de funcionarios a los que reciben a grito de «¡reivindicamos nuestro derecho a trabajar!», amplificado gracias a un megáfono.
Visitas no les faltan. Miembros de sindicatos y funcionarios se interesan por su situación y, desde el tercer día de manifestaciones, el equipo de una ambulancia del Samur les toma los niveles de glucosa y chequea la salud de los dos hombres para que esta huelga de hambre no les cueste la vida. En concreto, ayer, Óscar tenía 46, «tiene riesgo de entrar en coma», explicaba su compañero que le ayudaba con el tratamiento, «agua con mucho azúcar».
Cada día cambian el número que informa a los ciudadanos del tiempo que llevan sin llevarse nada al estómago. Además, han adornado su improvisado camping con varias consignas que rezan «Valeriano –por el ministro Gómez– danos trabajo».
No les asustan ni el frío ni el calor, «peor no vamos a estar, sólo queremos un trabajo, cualquier cosa, pero que sea digno», aclara Jesús, quien anima a todo el que esté en su situación o a los «empleados con contratos basura» a unirse a la protesta. ¿Hasta cuándo van a estar en la calle? Lo tienen claro, «hasta que el cuerpo aguante».