La Rioja

La huerta riojana en Chamartín

Dirección: C/ Mauricio Legendre, 33 Bis. Madrid. www.unlugarmadrid.comtel.: 91 314 77 27. Precio medio: 55 euros.Plato estrella: las alcachofas salteadas con jamón.Tarjetas: admite todas. Prestaciones: zona de copas.

 
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Habrá a quien el local le resulte un poco frío, pero también a otros les apetecerá visitar un espacio que rompe tópicos les entusiasme. Les explico, se trata de un restaurante situado en un moderno edificio cúbico de dos plantas decorado con vidrios, fibras y maderas, que crean un espacio acogedor y luminoso. A mediodía, las mesas las ocupan sobre todo los ejecutivos del barrio de Chamartín. Por la noche, las corbatas desaparecen y el ambiente que se respira es informal. Al frente de los fogones encontramos a un veterano: Nino Martínez. Atrás quedaron sus años en Señorío de Bértiz (Madrid), Azaldegui (San Sebastián), Iruña (Pamplona) y Chef Nino (Calahorra, La Rioja) para centrarse en este proyecto: «Un lugar en el que sentirse como en casa», dice. Y de la que ha sido la suya durante la última temporada nos trae los mejores productos, es decir, una cocina riojana tradicional, sencilla y muy rica en sabores. En la carta también caben los mariscos y pescados de aguas gallegas, cántabras y de Huelva, como las deliciosas coquinas a la plancha con aceite de oliva del trujal.

Tomates «de verdad»
De la tierra no faltan las habitas, el sabroso cardo de calahorra en salsa de almendra, las clásicas alubias de Igea y los artaguitones (bolitas de pan desmigado fritas con huevo, ajo, perejil, leche, sal, aceite, cebolla y una hoja de laurel). Probamos los corazones de alcachofas salteadas con jamón, un plato que demuestra la excelente calidad de los productos que llenan la despensa. Como entrantes, una buena opción es la ensalada de pimientos de cristal con ventresca. Y también el pulpo a la gallega con cachelos es un clásico, pero nos arriesgamos con la ensalada de este marisco con queso parmesano y frutos secos, una forma original de disfrutarlo que resultó muy acertada. Menos lo fue la ración de huevos trufados estrellados sobre patatinas gallegas y virutas de trufa negra, que no impregnó el plato de su fantástico aroma. Un bocado flojo que pronto se olvidó en cuanto llegaron los segundos: un arroz caldoso con almejas que es un manjar de lujo (también los preparan a banda, con verduras y de bogavante). Recomendables son también los pescados. Nos quedamos con el rodaballo salvaje a la parrilla del carbón de encina servido en su punto, fresco y suave, con una rica salsa de almendras, y el bacalao a la riojana. Para degustar las carnes (carrilleras de buey estofadas al vino tinto, las mollejas...) tendremos que volver. Y, de postre, optamos por las tres texturas de mango, que duró segundos en la copa. Los combinados y cócteles los prepara como nadie Zhenya. Y, a pesar de que Javier de las Muelas diga que un gin-tonic no es de la huerta, aquí los sirven con pétalos de rosa, pepino o romero, y tiene sus adeptos.