Tomás Gómez el rebelde

En su opinión, la jugada del presidente del Gobierno es clara. «Tomás Gómez y Trinidad Jiménez son el mismo candidato. En ambos casos, Zapatero gana». Este militante asegura que detrás de las primarias hay algo más y afirma que no es el único en pensarlo. Hasta ahora, lo más conocido de Tomás Gómez era haber boicoteado un homenaje a las víctimas del 11-M. ¿Qué ha ocurrido en el último mes para que, de repente, su nombre aparezca unido a adjetivos como rebelde, carismático o el candidato del pueblo? Cada vez son más los militantes que se preguntan cuánto tiene este cambio de fachada y cuánto de realidad.

Lejos de las teorías que hablan de un postzapaterismo que habría aupado a Gómez frente a la candidata oficial, Trinidad Jiménez, la realidad es que el presidente del Gobierno se muestra ante los medios con toda tranquilidad y asegura, como hizo hace apenas unos días, que a él no le afectan las primarias. Quizá sea que las miras de Zapatero van más allá de Rubalcaba y Blanco, que han aparecido ante la opinión pública como los «urdidores» de esta trama, y con una actitud de claro ataque hacia Gómez. Mientras los supuestos enfrentamientos se suceden en las agrupaciones socialistas madrileñas por el motivo más nimio, Zapatero y Gómez, en cambio, han rebajado el nivel de sus declaraciones. El líder del PSM asegura que no quiere dañar a su partido y Zapatero se ha distanciado de su decidido apoyo a Jiménez. Aunque asegura tener sus preferencias, no profundiza mucho en ellas y no va más allá de esta afirmación.

La realidad es que el cambio en la opinión pública sobre Tomás Gómez ha sido radical en un tiempo récord. De esta manera, según creen cada vez más militantes socialistas, sea cual sea el resultado de las urnas el próximo 3 de octubre, Zapatero resultará vencedor. Si gana el líder del PSM, lo hará el hombre que el propio presidente del Gobierno eligió hace tres años, pero mejor situado tras una inmejorable campaña de márketing político. Gómez estaría en una posición más favorable para arrancar votos socialistas en los comicios de mayo lo que le permitiría pactar con otros grupos de izquierda y arrebatar a Aguirre la actual mayoría absoluta con la que gobierna la Comunidad. En el caso de que la vencedora fuese Trinidad Jiménez, Zapatero también lo haría. Se trata de una persona de su absoluta confianza, con una trayectoria de fidelidad total. En ambos casos lograría su objetivo. De ahí, quizá, la tranquilidad que el presidente del Gobierno ha mostrado en sus últimas intervenciones públicas sobre el proceso de primarias.