España
2 x 15-M
Mientras los indignados siguen ensayando para un futuro que se les promete venturoso, se extienden dos equívocos sobre su naturaleza. Uno, que recoge la derecha, es que el 15-M refleja la situación social y no política: no están en contra de Barbie ni del PP, sino contra Smiley y su «neoliberalismo». Por eso algunos dirigentes del PP se han mostrado comprensivos con el movimiento. Creo que es un error: no hay relación unívoca entre el 15-M y los problemas de España, porque se trata de una estrategia de movilización: de momento sin violencia desorbitada se prepara la «piqueterización» de España ante las narices de un PP que no entiende. La izquierda, en cambio, entiende perfectamente el asunto, y entonces asegura que el 15-M no es de izquierdas sino que quiere una mejor democracia. Angelitos. Dejemos de lado los métodos y vayamos sólo a las ideas, por ejemplo: reducción efectiva de la jornada y de la vida laboral, más gasto público en vivienda, dación en pago para saldar la deuda hipotecaria, paralización de los desahucios, prohibición de ERE en empresas con beneficios, subida del IRPF, paralizar la privatización de las cajas, abolición de los paraísos fiscales, más crédito público, moratoria de la deuda externa, subida de impuestos en todo el mundo para una redistribución progresiva de los recursos a nivel global. ¿De verdad las propuestas del 15-M no se sitúan a la izquierda? Como dice el tango: mentira, mentira.
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