Presentación
Bodas con contrato temporal
Una pareja de españoles inventó un tipo de matrimonio de dos años; ahora México quiere aprobarlo por ley
Novelas y poemas, sinfonías y canciones, artículos y ensayos... Veinte siglos de historia dan para multitud de plagios, confesos o inconfesos. Pero, ¿alguna vez se había plagiado un contrato matrimonial? Situemos el contexto.
Es 1998. Las parejas de hecho no están reguladas, el concepto de «divorcio exprés» es inexistente y la posibilidad de un matrimonio entre personas del mismo sexo roza la ciencia-ficción. Jesús María Reiriz y Mercedes de la Puente, psiquiatra y abogada respectivamente, afincados en La Coruña, idearon una insólita modalidad de contrato matrimonial: una unión «renovable» cada dos años siempre que los dos cónyuges estuvieran de acuerdo.
No se limitaron a una definición; inscribieron su proyecto en el registro de la propiedad intelectual. Es más: más de veinte parejas plasmaron su unión según el «Modelo Reiriz». Su sorpresa fue mayúscula cuando, el pasado septiembre, una diputada de la Asamblea del Distrito Federal de México presentó una curiosa iniciativa legislativa. ¿La adivinan? La implantación de un matrimonio revisable cada dos años.
«No es un tema económico», explica Mercedes de la Puente a LA RAZÓN «¿Si pagan o no pagan? Eso lo veríamos con el tiempo. Queremos que las cosas se hagan bien. Que no se adultere la idea. Tienen que contar con los autores. Deben entenderse con nosotros», añade la coautora.
La idea no era otra que dar una salida a aquellas parejas que querían formalizar su unión sin pasar por la vicaría o el juzgado. «No había ley de parejas de hecho. Con este documento, tenían algo a lo que agarrarse», dice el psiquiatra.
Pero también era una forma de reaccionar ante una «crisis mundial de las relaciones de pareja». «Nuestra intención era cuidar de la familia, pilar de la sociedad. En muchos países existe la tradición de acudir a una terapia ante una crisis. En España, la solución es la ruptura», añade la abogada.
Una ITV emocional
Las parejas que registraron su unión por el «Modelo Reiriz» –la mayoría gallegas– no estaban casadas en el sentido legal del término. Su unión tenía la validez de un documento público sellado ante notario. Sólo tenían que cumplir una condición: que, cada dos años, revisaran su relación. «Yo lo definiría como una ITV emocional», explica Reiriz.
«El modelo se basa en una terapia de pareja, el contrato de contingencia, aplicado por psicólogos clínicos. Las parejas pactaban acuerdos para regular sus conductas y ser preventivos», añade.
Los cónyuges revisarían su relación en base a tres pilares: afectividad, comunicación emocional y sexualidad. Como dice el psiquiatra, la soberanía de la relación residía en ellos. Eran los «arquitectos» de su propia convivencia. Y si uno consideraba que la unión había llegado a su fin, se acabó. «Con ello buscábamos fomentar la comunicación», dice De la Puente.
De las 23 parejas que participaron en este «ensayo social», sólo ocho renovaron su compromiso. Para la mayoría, la firma ante notario era su boda. Algunos se intercambiaron anillos; otros acudían con toda su familia. «Al notario le sorprendió mucho la idea, pero enseguida captó la esencia», dice la abogada.
De la Puente y su socio se han movilizado. Contactaron con el jefe de gabinete de la diputada que se habría «inspirado» en su idea, Lizbeth Eugenia Rosas Montero. «Nos escuchó y estaba interesada. Pero de momento no se ha concretado nada», dice la abogada. «Parece que la cuestión está detenida», asegura Reiriz. También se han dirigido al Gobierno español en funciones.
Tras escribir a Presidencia, las gestiones burocráticas les llevaron a tratar el asunto con el Ministerio de Cultura. De hecho, en la agenda de Ángeles González-Sinde está previsto para esta semana un viaje a México.
En su misiva a la ministra, los autores defienden que su idea «es una aportación al patrimonio cultural español» y que su petición «se ajusta a la línea de la piratería intelectual». «Creo que lo que pedimos es muy cabal», dice De la Puente.
Pero ¿cómo pudo la diputada tener conocimiento de la idea? Reiriz y De la Puente recuerdan que, hace 13 años, su proyecto despertó el interés no sólo de los medios españoles. Fueron entrevistados por la cadena argentina Telefe.
«Era un programa que se veía vía satélite por toda Latinoamérica. Incluso un senador se interesó por nuestro modelo», explica la abogada. «No sabemos si la diputada vio o no aquel programa. Quizá se le quedó la idea en el subconsciente», aporta Reiriz. En todo caso, creen que «no ha obrado de mala fe».
Más bien, por necesidad. No en vano, un alto porcentaje de las parejas mexicanas se rompe a los dos años, dando lugar a divorcios que se eternizan. El colapso en los juzgados y los gastos para las parejas –que superan los 45.000 euros– serían los otros «daños colaterales» del divorcio en México.
¿PUEDEN SER COMPENSADOS?
El modelo de matrimonio bianual fue inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual hace 13 años. En caso de plagio, ¿qué derecho ampara a sus autores? David Gómez, del despacho Estudio Jurídico Baylos, explica que, para exigir el reconocimiento por parte de México, «debería darse una violación de la obra en sí, no de la idea».
Así, «lo que tiene protección es el documento de ese modelo de contrato». Por ello, «la posibilidad de un derecho moral a ser citados es casi imposible».