Segundo ataque talibán en diez días contra las tropas españolas

Tras ser atacados por un grupo de insurgentes, la compañía respondió abriendo fuego contra los atacantes. Después de hacerlos retroceder, una patrulla de reconocimiento salió de la base «Bernardo de Gálvez 2»y persiguió a tres sospechosos que huían en motocicleta. En esa persecución lograron interceptarlos y entregarlos a los militares afganos con los que comparten destacamento, según informó el Ministerio de Defensa en un comunicado.

El área de Ludina se ha convertido en los últimos meses en el principal foco de preocupación para el contingente desplegado en el país asiático. Desde que se instaló esa base, sucediendo a la de Sangh Atesh, los ataques sobre la posición española son constantes. Los tres kilómetros que separan una posición de otra han llevado a las tropas españolas a meterse en plena ruta de salida del opio hacia Turkmenistán. El ataque del pasado 25 de enero, en el que resultó herido un cabo primero de Infantería de Marina, se produjo al noroeste de la base avanzada, más cerca aún de la frontera. En este caso no fue un hostigamiento, que es frecuente pero poco eficaz para los intereses de los insurgentes, sino que fue un ataque de mucha más entidad y con un número mucho mayor de enemigos en acción, según aseguraron fuentes militares a este periódico.

Más recientemente, el pasado día 1, una patrulla de la base de Qala-i-Now desactivó un artefacto improvisado camuflado en una motocicleta y preparado para explotar al paso del primer convoy que circulara por la zona.

En el otro extremo de la provincia de Badghis, la triple colaboración de españoles, estadounidenses y afganos está permitiendo un mayor control sobre los movimientos enemigos y el avance lento pero constante de las tropas hacia el norte, y de la construcción de la «Ring Road». Con puestos de observación cada dos kilómetros, estadounidenses y españoles logran controlar un área que precede a la de mayor concentración de talibán de la provincia de Badghis.