Cataluña
Sistach llama a mantener las raíces cristianas
La basílica de la Mercè volvió a quedarse pequeña para los numerosos feligreses que asistieron a la misa.
Barcelona-El cardenal arzobispo aprovechó una misa tan especial como la dedicada a la patrona de Barcelona para advertir a los feligreses de «la necesidad de que se preserve la identidad de una Cataluña basada y empapada por el cristianismo».
«Nuestra celebración religiosa es una participación más de los cristianos en nuestra fiesta, que pone en relieve la actitud y la actuación de la Iglesia con su deseo de participar en la realización de la personalidad y de la identidad de nuestra ciudad, histórica y moderna», apuntó. Posteriormente, explicó que «ahora, más que nunca, debido a la globalización y a la abundante inmigración de otras culturas y religiones, que han venido aquí, nos tenemos que esforzar en mantener nuestra identidad, porque siempre hemos sabido acoger a los que vienen».
Acoger a los inmigrantes
Martínez Sistach mezcló castellano y catalán en su homilía para insistir ante los presentes en que debemos acoger a los nuevos ciudadanos de Cataluña «ofreciéndoles lo mejor que tenemos» porque «es necesario mantener la sociedad atada al cristianismo con celebraciones como la de la Virgen de la Mercè».
En la misa, el cardenal arzobispo también agradeció la labor de entidades como Cáritas cuya ayuda se ha convertido en clave para los más afectados por la crisis. «Están ayudando al número creciente de personas que piden trabajo y ayuda económica, en el marco de una crisis que afecta a todo el mundo», dijo, y puntualizó que «contribuyen a que crezca la solidaridad cristiana, ofreciéndose como voluntarios y compartiendo sus bienes».
La homilía de Martínez Sistach tuvo un marcado carácter reivindicativo de los valores del cristianismo, además de apelar a las raíces católicas de Europa y de Cataluña. Además, hubo numerosas referencias a los viajes a España del Papa, al que el cardenal arzobispo agradeció especialmente su visita a Barcelona del 7 de noviembre de 2010, cuando consagró la Sagrada
Familia como basílica.
El cardenal arzobispo recordó que el Pontífice dijo en su encíclica social «La caridad en la verdad» que «la religión cristiana y las otras creencias pueden contribuir al desarrollo sólo si Dios tiene un sitio en la esfera pública en referencia a la dimensión cultural, social, económica y, en particular política». «En su última visita a Barcelona, el Papa Benedicto XVI me dijo que pedía a Dios que en esta tierra catalana se multipliquen y consoliden nuevos testimonios de santidad, que presten al mundo el gran servicio que la Iglesia ha hecho y puede hacer a la humanidad», apuntó el cardenal arzobispo de Barcelona.
También señaló que «la negacióndel derecho a profesar públicamente la propia religión y a trabajar porque las verdades de la fe inspiren también la vida pública, tiene consecuencias negativas sobre el verdadero desarrollo de la sociedad». Y aprovechó para reivindicar «el valor de la religión». En este sentido, señaló que «en el laicismo y el fundamentalismo se pierde la posibilidad de un diálogo fecundo y de una colaboración provechosa entre la razón y la fe religiosa».
Los ojos de la fe
La misma homilía del cardenal arzobispo remarcó que «nuestra solidaridad se enriquece con los ojos de la fe. Si en mi vida falta completamente el contacto con Dios, podré ver siempre en el prosaísmo únicamente al otro, sin conseguir reconocer en él la imagen divina. Si lo miras con los ojos de Cristo, puedo dar al semejante mucho más que cosas externas necesarias, le puedo ofrecer la mirada de amor que necesite».
La basílica de la Mercè se quedó pequeña para la misa, pese a la persistente lluvia que cayó ayer por la mañana en Barcelona, que obligó a suspender diversos actos de la fiesta mayor, como la jornada castellera, el ball de gegants y las actividades en el castillo de Montjuïc. A la misa asistieron, entre otras autoridades, el president de la Generalitat, Artur Mas, el alcalde Barcelona, Xavier Trias, el candidato del PP por Barcelona, Jorge Fernández Díaz y el líder municipal del PP, Alberto Fernández, además de mandos militares de la Capitanía de Barcelona y de responsables de casas regionales de la capital catalana.
Cabe recordar que, como viene siendo habitual en los últimos años, ningún miembro del grupo municipal de ICV en el Ayuntamiento de Barcelona acudió a la basílica.
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