Crítica de cine / «Madre amadísima»: Exceso padre

Director: P. Távora. Guión:S. Escalante. Intérpretes: Ramón Rivero, Gala Évora, José Burgos. España, 08. Duración: 105 min. Drama.

No, la película de Pilar Távora no es «Muerte en Venecia», aunque sea esa obra la que el protagonista ve durante el largo, barroco final de «Madre amadísima», un filme igualmente largo, barroco y anímicamente descompensado. Porque el punto de partida de la realizadora resultaba, al menos, interesante: la dura vida de un homosexual en un pueblo de los 50 que, varios años más tarde, convertido en vestidor de la Virgen, recuerda a golpe de «flash-back» su pasado: las difíciles niñez y adolescencia, el despertar sexual, los maltratos de un padre ausente, el descubrimiento del mundo de las drogas y, aunque muy de pasada, de la política... Una suceción de arquetipos con aires lorquianos en un drama que se soñó revindicativo pero que, sin causa aparente, reniega de esas raíces de tragedia casi griega para apostar (cuando Alfredito se marcha a la mili, disparatado y poco creíble) por la comedia de «gags» con gracia unas veces y, otras, un tanto burdos y fáciles. Lo que acaba por desbaratar el ritmo y el aliento de la cinta. Que, en el tramo final, decide de nuevo retormar la historia desde su vertiente más seria. Demasiado tarde. Aunque arriesgada, la desmesura y el desequilibrio acaban por ser su perdición.