Terrorismo

Las conversaciones incómodas del ministro

Uno de los móviles investigados en el «caso Faisán» era del entonces número dos de Interior, Antonio Camacho.

La Razón
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Desde éste y otros dos teléfonos (uno de ellos fijo), adscritos a la Secretaría de Estado de Seguridad, se realizaron llamadas a dos de los tres mandos policiales imputados en el chivatazo a ETA. En el caso de las conversaciones registradas entre Camacho y Víctor García Hidalgo, ex director general de la Policía, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz consideró que no eran relevantes.

En opinión del magistrado, las llamadas entre ambos del 3 y 4 de mayo de 2006 –fecha previa y día del soplo en el bar Faisán de Irún– se justificaban porque «resulta lógico y razonable suponer que dos altos cargos del Ministerio, con relación de dependencia jerárquica y subordinación directa, de uno respecto del otro, necesiten mantener una comunicación durante las 24 horas del día». Por este motivo, Ruz ni siquiera citó al actual ministro del Interior para que acudiera en calidad de testigo.
Los contactos telefónicos fueron el 3 de mayo –dos llamadas casi consecutivas a las 22:50 y a las 22:52 horas (de 1 minuto 59 segundos la primera y 21 segundos la segunda); al día siguiente, el mismo día del chivatazo, a las 9:47 –con una duración de 3 minutos y 33 segundos– y a las 11:06 –4 segundos–.

El resto de comunicaciones (a las que habría que sumar otras siete a un número fijo del Ministerio) tienen lugar entre el 8 y 14 de septiembre, cuando se producen cinco breves llamadas –la más larga es de 1 minuto y 7 segundos– y la última, el 17 de octubre, con una duración de 3 minutos y 10 segundos. Pese a ello, el auto de procesamiento del juez Pablo Ruz justificó que no se indagaran en profundidad las llamadas.