Impuestos

Salgado improvisa una subida de impuestos para las rentas altas

Hace un año, tras el anuncio del durísimo ajuste de 15.000 millones de euros, no fueron pocas las voces dentro del Partido Socialista que pidieron aumentar de forma significativa la presión fiscal sobre las rentas más altas. Entendían que las grandes perjudicadas por el tijeretazo aprobado entonces serían las clases medias y que convenía, aunque fuera simbólicamente, repartir esfuerzos con las clases más acomodadas para no soliviantar a los votantes socialistas.

 
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Tras semanas de acalorado debate público, la idea de un nuevo impuesto para ricos fue finalmente desestimada. Elena Salgado, ministra de Economía, temía que pudiera producirse una fuga de capitales en un momento tan delicado para la economía. Al final, todo quedó reducido a una reforma improvisada del IRPF, que incluyó un nuevo tramo para las rentas a partir de 120.000 euros, situando su tipo impositivo en el 45%. Según los cálculos de Economía, se generarían con ello 600 millones de euros anuales de ingresos adicionales. En medio del caos, hoy se reúne la comisión de secretarios y subsecretarios de Estado que discutirá la posibilidad de aplicar una fiscalidad más dura sobre las rentas altas.

Ahora, con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, el Ejecutivo vuelve a la carga y no descarta otra vuelta de tuerca a la fiscalidad de los ricos. Una medida de esas que se venden bien y se digieren mejor en los mítines multitudinarios de campaña. Como reconoció ayer Elena Salgado, no hay tiempo material antes de que acabe la legislatura para crear una nueva tasa específica para gravar a las rentas más altas como ha hecho el Ejecutivo francés para los que ganan más de 500.000 euros. Otra cosa es buscar vías alternativas para que las grandes fortunas paguen más impuestos, una puerta que Salgado dejó ayer abierta de par en par. «Bueno, permita que esperemos al viernes», respondió la ministra en una entrevista en la Cadena Ser cuando se le preguntó sobre si hay tiempo para aumentar la presión fiscal que ya tienen las grandes fortunas antes del 20-N, de lo que se infiere que mañana habrá anuncio al respecto.

Alternativas

Lo que nadie sabe es cómo articulará esta nueva subida el Gobierno. Desde Economía no se quiso ofrecer ayer más información de la que suministró Salgado. La idea más extendida estos días es que el Gobierno se está planteando recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio antes de las elecciones, eliminado en 2008 y por el que en 2007 se recaudaron 2.121 millones de euros. Esta tasa grava la titularidad de bienes y derechos que tienen un contenido económico a partir de los 108.000 euros.

La propia Salgado reconoció el viernes pasado que de haber previsto la virulencia de la crisis, el Ejecutivo no lo hubiese eliminado. La asociación de técnicos de Hacienda (Gestha) considera que aunque 2.000 millones no son una cifra desdeñable, el efecto de recuperar este impuesto es más bien modesto teniendo en cuenta que el déficit de las cuentas nacionales fue el pasado ejercicio de 70.000 millones de euros.

La otra alternativa a la que podría recurrir el Ejecutivo sería volver a incrementar el tramo del IRPF del 45% que pagan las rentas superiores a 120.000 euros anuales. Un incremento que, según Gestha, tendría una capacidad recaudatoria muy limitada, puesto que, según los datos de 2008, sólo 134.000 españoles de los 19,1 millones que presentaron el IRPF declararon ingresos a partir de esa cifra.

Si por grandes fortunas se considerasen las rentas superiores a 600.000 euros, un incremento de la fiscalidad al 50% apenas reportaría 300 millones, según Gestha, que advierte de la posible fuga de capitales que podría provocar.


Tres medidas sorpresa en una semana
En sólo una semana, el Gobierno ha aprobado o ha puesto sobre la mesa tres medidas que más parecen guiños al electorado que soluciones reales a los problemas que acucian a la economía española. El pasado viernes, el Consejo de Ministros rebajó el IVA para la compra de vivienda nueva del 8% al 4% hasta finales de año, lo que previsiblemente estimulará la venta de pisos y reducirá el peso del «ladrillo» en el balance de las entidades financieras. Además, también prorrogó durante otros seis meses la ayuda de 426 euros para los parados que hayan agotado todas su prestaciones, una medida claramente electoral para un país con casi cinco millones de parados que están llamados a acudir a las urnas dentro de menos de tres meses.


ESCASO EFECTO
Francia aprobó ayer gravar con una tasa especial a las rentas superiores a 500.000 euros. Si el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero optara por subir el tipo del IRPF del 45% que pagan las rentas superiores a 600.000 euros, apenas recaudaría 300 millones de euros más al año, según los cálculos de los técnicos de Hacienda.