Federico Ubina por Eduard Escartín

El pasado 30 de diciembre murió en Barcelona el profesor universitario, archivero y gran medievalista Federico Ubina Martorell a los 97 años. Con él desaparece un gran barcelonés y un conocedor de nuestro pasado, especialmente el de los orígenes del condado de Barcelona, cuna del principado catalán. Su relevancia académica quedó demostrada por la cátedra en la Universidad Autónoma; su dirección del archivo de la Corona de Aragón, con impotantes trabajos para proteger el acervo documental; la dirección de los museos y monumentos de Barcelona o la subdirección general de archivos a nivel nacional. Sus grandes centros de interés fueron el origen del escudo y del nombre de Cataluña y la posible noticia de Colón respecto a un continente desconocido.

Querría resaltar además su vertiente cívico-religiosa, para la que hallaba tiempo en medio de su dedicación profesional. Lo primero que determinó la ideología de Udina fue el asesinato de sus padres como humildes maestros nacionales y católicos en 1936. No hay que explicar hacia dónde iban sus simpatías. Aún recuerdo su consternación con el atentado a Carrero. Udina fue también el alma de la asociación seglar Hispania Martyr, que impulsa las causas de beatificación de los mártires del periodo republicano. Entre ellos destacaría su interés por la beatificación del obispo Irurita. También presidió la hermandad de la Virgen de la Merced. Y como colofón de toda esta actividad, Ubina pertenecía desde 1940 a la Asociación Católica de Propagandistas, en cuyas obras participó. Federico Udina fu un gran hombre de ciencia y un intelectual comprometido con la época que le tocó vivir.