Marbella
Los Obama y el chanquete por Jorge Berlanga
El Rey se ha acercado a Compostela a pedirle al Santo que ilumine a los políticos para que sirvan al interés general. En resumidas cuentas, que esto no lo arregla más que un milagro. Menuda papeleta Jacobea, si nuestra última esperanza es una intervención divina. Yo particularmente creo que la mejor manera de que se iluminen los políticos es que se vayan de vacaciones a tomar el sol, porque no puedo evitar nunca la sospecha de que el país marcha mejor por su propia inercia cuando no están por medio enredando. Da gusto verlos de veraneo, con sus calzones cortos y alpargatas, dándose el chapuzón, paseando en bicicleta y pensando en la partidita de mus o dominó a media tarde. Incluso da la impresión de que están haciendo algo útil. Llama la atención este año que ya no se eligen destinos de postín, ni se tira de jets oficiales, ni yates del patrimonio, ni cotos de Doñana o protegidos paraísos. En un ejercicio de austeridad mirando al tendido, los ministros-as se van a sus pueblos a ventilarse las meninges y hasta el presidente Zapatero va a recluirse en un cigarral toledano a cazar moscas como quien caza ideas de futuro. Puede ser un ejemplo de iluminación buscando la sombra y el botijo.A todo esto, salta la noticia de que Obama va a mandar a la familia de veraneo a Marbella, mientras él se queda de Rodríguez en la Casa Blanca. Esto, que podría ser un acontecimiento de relumbrón entre la crema de la Costa del Sol, tiene su guasa y vuelta de hoja cuando descubrimos que han elegido la localidad malagueña como destino barato tras las críticas por el dispendio que suponían las tradicionales vacaciones en Marta's Vineyard. ¡Menuda colleja de humildad para la divinidad petulante de la Milla de Oro! Aquí lo divertido será ver si Michelle Obama se adaptará a las costumbres del pueblo y se convertirá en una marbellí más. Si irá a la compra con chándal con ribetes dorados y zapatillas ornadas de bisutería, o se pondrá melena con mechas rubias e irá a la playa toda enjoyada. Como el moreno lo lleva puesto, tal vez no pueda lucir ese cutis tostado como un torrezno y pegotes cosméticos en ojos y boca característicos de las señoras de la zona, mimetizándose con Gunilla, o esas untuosas ricas televisivas, las hermanas Collado, Olivia Valere y otras adictas al bótox. Quién sabe. También puede que la Primera Dama americana pase de todo y se dedique a darle al chanquete y al espeto de sardinas, ahora que van a prohibirlos, mientras baila con las medusas entre las olas, acordándose de su santo entre dientes.
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