Alicante
La Gomera acorralada por las llamas
El incendio de Alicante se cobra su segunda víctima mientras La Gomera se enfrenta a la peor catástrofe ecológica de su historia. En total, la superficie quemada triplica ya a la de 2011.
«El fuego camina tres veces más rápido que el año pasado; aunque el operativo esté bien coordinado, los incendios que se producen bajo condiciones climáticas tan adversas como las que sufrimos tienen vocación de hacerse más grandes». Es la reflexión del portavoz de los Agentes Forestales y Medioambientales y que describe lo que sucede tanto en la Península como en el archipiélago canario.
El incendio forestal que se declaró el 10 de agosto en La Gomera sigue activo. Al cierre de esta edición, su frente medía unos diez kilómetros de longitud y se mantenían descontrolados los focos de Vallehermoso y de la zona dorsal de Agulo. Según el Cabildo de la isla, las llamas ya han calcinado 3.700 hectáreas, alrededor del 11 por ciento de la superficie de la isla.
El mayor problema a la hora de luchar contra un incendio en zonas donde la orografía es tan pronunciada y se encadenan barrancos es que las unidades terrestres no logran atacar directamente. No se puede acceder por tierra y por eso juegan un papel esencial los medios aéreos. Sólo dos helicópteros luchan contra las llamas, aunque tres aviones anfibios se incorporaron a las labores de extinción a lo largo del lunes. La cabeza del incendio se encamina hacia la zona de Valle Gran Rey ya que el principal foco se ubica en su ladera norte. De ahí que 900 personas fueran evacuadas del municipio el domingo por la noche por miedo a las llamas, y es que en las últimas horas, unas 30 viviendas han sufrido desperfectos. Los ciudadanos que abandonaron la localidad tuvieron que hacerlo en barcos hasta la capital, San Sebastián de La Gomera,ya que la cercanía del incendio ponía en peligro el desalojo por carretera. A última hora de ayer pudieron regresar a sus hogares. El técnico del Consejo de Economía, Hacienda y Seguridad del Gobierno de Canarias, Humberto Gutiérrez, explicó ayer que las condiciones son más favorables, pero aseguró que pasarán varios días hasta que este incendio pueda ser estabilizado.
Especies únicas en peligro
Una de las principales preocupaciones de las autoridades canarias es la entrada del fuego en el Parque Nacional de Garajonay, donde hacía más de cien años que no se quemaban especies únicas de la zona. De la superficie afectada, unas 750 hectáreas corresponden al parque, el 25 por ciento de su extensión. La reserva de laurisilva empezó a arder por las condiciones de sequía que atraviesa la isla. «En otros incendios, cuando llega a su altura, el fuego se detiene, pero ahora se está quemando, aunque con lentitud», explicaba ayer Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias. Las apreciaciones de los que pelean con las llamas coinciden. Existen tres tipos de fuegos: el de copa, el de suelo y el de subsuelo. Este último es el que se está desarrollando en La Gomera. El monte verde por el que transcurre no tiene humedad y por tanto las llamas se meten por las raíces y reaparecen en otro punto. Se crea como un «efecto carbonera» por la falta de oxígeno en el interior del terreno que propaga con más rapidez.
Rivero volvió a cargar contra el Gobierno y afirmó que desde que se originó el incendio hace diez días todavía no ha recibido ninguna llamada del Gobierno: «Ni me ha llamado el ministro de Agricultura ni el presidente ni la vicepresidenta», lamentó. «¿He echado en falta esa llamada? Sí. ¿Ha habido disposición del Gobierno para asignar medios contra el incendio? Sí».
Asimimo volvió a reclamar que al menos dos hidroaviones de la Unidad Militar de Emergencia tengan su base en las islas. «De los catorce con los que cuentan al menos dos pueden estar en Canarias para apoyar. Aunque haya muy buena voluntad, el protocolo, la lentitud, la poca autonomía, hace que tarden en llegar desde la península al menos 20 horas», dijo.
EN PRIMERA PERSONA
C. Galván / Empresario de Valle Gran Rey
«No fue una evacuación oficial»
La familia de CMG fue sorprendida en su domicilio la noche del domingo por una caravana de coches particulares que, a golpe de bocina, avisaba de que el fuego se acercaba al municipio del Valle Gran Rey. Estos vecinos montaron en su coche y abandonaron la vivienda. «No hubo un desalojo oficial. Las autoridades no nos dijeron que nos marchásemos, porque no sabían nada. Pero, como desde hacía días el suministro de agua empezaba a fallar, decidimos irnos», explica el afectado. La angustia, el desconcierto y, también, el civismo se apoderaron de un ambiente no controlado por las autoridades, cuyas informaciones fueron contradictorias: «La Guardia Civil decía que era grave y la Cruz Roja que podíamos estar tranquilos». A las 3:30 embarcaron, primero, 400 ciudadanos y la familia MG lo hizo la mañana del lunes en un barco de armas fletado por el Cabildo haciaTenerife.
✕
Accede a tu cuenta para comentar