Sevilla

Lunes Santo descabezado y con susto

A pesar de la llovizna que cayó pasadas las 20:30 los cortejos no se descompusieron y llegaron a la Catedral.

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SEVILLA- El Lunes Santo quedó descabezado. El aguacero que le cayó el año pasado a la hermandad del Polígono de San Pablo pesó mucho en la decisión de ayer de no salir, aunque el hermano mayor, Manuel Márquez, se empeñara en asegurar que el error de 2010 no había influido en absoluto. Lo cierto es que el barrio se quedó sin su cofradía, Santa Genoveva retrasó en una hora su salida y el resto de cortejos completaron su estación de penitencia, a pesar de que a las 20:30 lloviznó durante unos minutos. Un contratiempo que no descompuso la jornada.

A las 11:30 la corporación del Polígono de San Pablo barajaba un riesgo de lluvia del 70 por ciento. El cielo estaba nublado, pero no auguraba agua. Por las mentes de muchos nazarenos y costaleros pasaban las escenas del año pasado, cuando el cortejo –chorreando– aceleró su paso por Luis Montoto hasta la iglesia del Salvador. «La lluvia es el enemigo público de las cofradías», decía Márquez ante las caras de desolación de unos hermanos que, por primer año desde que procesionan a la Catedral, se quedaron en el templo. Se cantaron saetas y se abrieron las puertas de la parroquia de San Ignacio de Loyola para que los vecinos lloraran su pena ante Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y la Virgen del Rosario.

El miedo se trasladó al Tiro de Línea, donde la junta de gobierno retrasó en media hora la decisión de salir o no. Rostros de preocupación en el interior de la parroquia de Santa Genoveva y, fuera, expectación. Tantas ganas había de salir que los nazarenos del primer tramo, formado en el exterior, se colocaron los antifaces y el público entendió la operación como la luz verde a la estación de penitencia, aunque la decisión no estaba tomada. Poco después, el hermano mayor, Francisco Javier Bonilla, comunicó que su junta había barajado tres modelos meteorológicos que pronosticaban «llovizna, pero en ningún caso lo que nos cayó el año pasado». Por tanto, anunció que la cofradía salía y los hermanos le dedicaron una cerrada ovación entre lágrimas de alegría. El cortejo salió con mucha rapidez –a golpe de tambor cruzó el palio de la Virgen de las Mercedes la calle Romero de Torres– y, a la altura del Archivo de Indias, siguió adelante por la Avenida para ganar tiempo. Se había perdido una hora en decidir la salida, así que cortó camino por este punto.

En La Redención no se lo pensaron y la cofradía cruzó la calle Santiago a la hora prevista. Con motivo del 50 aniversario de la primera salida de la Virgen del Rocío, el cortejo transitó por primera vez por los Jardines de Murillo, un enclave conquistado por La Candelaria.

El día se había recompuesto y las nubes se iban disipando. San Gonzalo, contagiado también por el desasosiego, adelantó su salida en un cuarto de hora, por lo que pudiera ocurrir. Pero lo que pasó realmente es que el misterio de Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder dejó con la boca abierta al público, entregado y ansioso de «izquierdos». La imagen de Ortega Bru salió tras el Vía Crucis del Consejo que presidió el primer lunes de Cuaresma. Entonces, procesionó por primera vez con túnica bordada. Ayer lo hizo con túnica morada lisa, pues las reglas fijan que la estación de penitencia la debe realizar de esta manera.

Por la Carrera Oficial iban pasando nazarenos de tres en tres, especialmente los de Santa Genoveva, para recortar el retraso a una jornada que crecía. Las cofradías se desplegaban por el centro y, en San Andrés, el silencio lo inundó todo. El misterio de Santa Marta iniciaba su recorrido con el sonido fúnebre de las campanas de fondo y el órgano de la parroquia rugiendo.

Del recogimiento a la algarabía. Las Aguas ponía su primer paso en la calle totalmente dorado. La trasera del Teatro de la Maestranza y el amplio atrio no invitan demasiado al intimismo, aunque luego el cortejo serpentea por las estrechas calles del Arenal y gana en colorido. La Virgen de Guadalupe salió tras la limpieza realizada por su autor, Luis Álvarez Duarte.

La jornada la cerraron tres hermandades que recorren calles paralelas y con cortejos acostumbrados a la oscuridad. Las leves gotas asustaron, pero no impidieron que la cera verde de la Vera Cruz se derramara por San Vicente, el palio de la Virgen de los Dolores estrenara el techo de palio y El Museo cerrara el día.


DETALLES
FLORES
- El paso del Cautivo de Santa Genoveva lució un curioso friso de flores moradas, a base de lirios y rosas. El palio de la Virgen de las Mercedes también estuvo exornado con pequeñas rosas de varios colores.
MÚSICA
- Se estrenó con nota la banda del Cautivo de Santa Genoveva, la antigua de Corona de Espinas. Las Cigarreras se acompasó perfectamente al son del misterio de San Gonzalo. La marcha «Jesús de las Penas» volvió a poner el punto de inflexión al Lunes Santo en San Vicente.
COSTALEROS
- Los de Santa Genoveva hicieron un esfuerzo titánico para llegar a la Carrera Oficial. San Gonzalo no defraudó con su peculiar estilo y las cofradías de negro de la jornada derrocharon elegancia.
AMBIENTE
- El paso de la hermandad de La Redención por los Jardines de Murillo, de día, fue multitudinario. Conforme se fue confirmando la salida de las cofradías, el centro se fue llenando lentamente de público.