España

Un bebé operado de espina bífida dos meses antes de nacer

Uno de cada 1.000 bebés que nacen en España padecen mielomeningocele. Si no se opera a tiempo, la malformación, más conocida como espina bífida, conlleva graves secuelas: incapacidad para caminar, alteraciones cerebrales, falta de sensibilidad e incontinencia de los esfínteres, entre otras.

Un intervención pionera
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Barcelona- Muchos de estos casos acaban en aborto, aunque existen alternativas quirúrgicas. El Hospital Vall d'Hebron de Barcelona presentó ayer una técnica pionera en el tratamiento prenatal de esta patología mínimamente invasiva y más segura. Esther, el primer bebé en someterse de esta cirugía en España, dio testimonio a sus cuatro meses de los beneficios de este nuevo avance.

El mielomeningocele, visible mediante ecografía a la semana 20 de gestación, afecta al cierre de la columna vertebral, de forma que la médula y los nervios quedan fueran del cuerpo. Durante el embarazo, el líquido amniótico daña toda la zona y puede, además, producirse una fuga del líquido cefaloraquídeo. Tradicionalmente, se sometía al bebé a cirugía nada más nacer para cubrir la malformación con su propia piel, evitar infecciones y minimizar en la medida de lo posible las secuelas.

Desde hace cinco años, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla lleva a cabo esta misma intervención, pero en fetos, de manera que mediante cirugía intrauterina se ha conseguido con éxito limitar las consecuencias del mielomeningocele. En este sentido, la técnica desarrollada por el Hospital Vall d'Hebron busca ofrecer mayor seguridad, tanto a la madre como al feto, y evitar las complicaciones. En concreto, la intervención consiste en recubrir la zona afectada con un parche elaborado con colágeno y elastina. Esta «matriz sintética» protege la médula y permite que la piel recubra por si misma la herida. La nueva técnica requiere practicar a la madre una incisión, a modo de cesárea, para poder acceder a la espalda del feto, como hasta ahora, pero evita cualquier sutura sobre la piel del bebé. Cuando éste nace, la herida está completamente cerrada. Hasta ahora, sólo tres fetos en el mundo han sido operados con esta técnica, dos en Italia y uno en España. En todos los casos participó el equipo médico del centro barcelonés. Su siguiente objetivo es desarrollar la fetoscopia, lo que permitiría operar, por ejemplo, mielomeningoceles a través de una pequeña cánula y una cámara minimizando así la incisión en el útero y el abdomen de la madre.

Además, el equipo de investigación de Vall d'Hebron está indagando en cómo regenerar, a partir de células madre, el tejido neural dañado. y cómo crear una protección ósea para la médula y los nervios.

 

En primera persona
«Por una vida hay que luchar»
Esther nació el pasado 22 de mayo. Su desarrollo es normal y evoluciona correctamente aunque estando aún en el útero fue operada de espina bífida. Dada la gravedad de su lesión, en principio Esther no podría caminar, aunque los médicos del Hospital Vall d'Hebron que la operaron siendo aún un feto creen que sí podrá hacerlo. «Tenía tanta fe en que la niña saldría bien...». Emocionado, Pavel Bota, el padre de Esther explicó que dudaron de si seguir adelante pero «si deseas una vida hay que luchar».