Nueva York
Raphael: «He abierto la boca cuando he tenido que abrirla Y nadie me la ha partido»
Ni mucho menos es una «balada triste de trompeta», como su voz emulara en los setenta. Al contrario, todo es posible con él, que vive eternamente «su gran noche».
Es un hombre enraizado en el presente, lleno de carcajadas sonoras «raphaelianas», que observa el instante, como los sabios orientales, sin importarle el «digan lo que digan». Es un mito, un icono, un superstar. Es ¡Raphael! Me arrodillo cuando le oigo.
–Cinco millones de parados, los cantantes quejándose de falta de giras. ¡Y usted no para!
–Los empresarios confían en mí. Les he demostrado que les lleno los teatros.
–Cada espectáculo intenta que sea «una gran noche». No defrauda a su «partenaire».
–(Risas rafaelianas, que no se parecen a ninguna) ¡Esa está bien! Pero no lo he dicho yo, que conste. Yo salgo a darlo todo.
–Canta tango, ¿pero para cantar en lunfardo no hay que tener poquita voz?
–No lo creo. Gardel no tenía poca. Para cantar tango hay que tener mucho sentimiento y muchas vivencias. No se puede ser un jovencito y sentir un tango.
–Lo de las rancheras me deja más K.O. porque yo cantaba en las excursiones «Un mundo raro».
–(Risas raphaelianas) ¡Pues ya has rebasado la treintena! Las rancheras en mí viene de lejos porque tuve grandes éxitos tras grabar «Huapango torero».
–Lejos de resultar antiguo o kitch, está a la vanguardia y mis sobrinos cantan sus canciones.
–Siempre he estado muy a la vanguardia. Se me decía que era un transgresor cuando empecé.
–¿No será porque explica y escenifica sus canciones como los juglares?
–Pues mira, es una buena definición. Siempre he dicho que yo no sólo canto, sino que las cuento, las interpreto como en el medioevo.
–Dice que «hay que salir al escenario pi-san-do-hue-vos y diciendo esto es lo que hay».
–(Risas rafaelianaas) ¡Eso está bien! Pero pisando huevos quiere decir: tran-qui-la-men-te. No la otra acepción. No salir nervioso, sino fuerte y sin miedo, que el público siempre está para ser benévolo contigo.
–Confiese: ¿cuántas camisas negras tiene?
–Pocas porque me las van tirando o regalando. A las dos lavadas pierden el negro.
–Al Dúo Dinámico el chaleco rojo les dura ya un ratito.
–¡Porque el rojo no se come el color en la lavadora! (risas)
–Para mí que Juanes se inspiró en usted para su «mega-hit».
–¡La camisa negra! El día que grabamos juntos Juanes me confesó que era muy conocedor de mi música porque su madre formaba parte del club de fans de Raphael en Medellín. Pero no, no sería yo el inspirador, aunque su camisa negra se ha mantenido en los escenarios.
–Querían hacer un musical sobre usted.
–¡Cómo van a hacer un musical sobre mí, si estoy en el teatro de enfrente!
–Pero sí se hizo una TV Movie. ¿Cómo fue verse en tercera persona?
–Lo hice con el deseo de fomentar la donación de órganos y creo que se consiguió tras la serie, lo que me alegra profundamente.
–¿Su resurrección médica le ha hecho más osado, como un José Tomás ante el toro de la vida?
–¡Más quisiera yo tener el valor de ese tío! Pero después de mi operación he cambiado y evolucionado para mejor.
–Tiene un disco de uranio, que sólo lograron Michael Jackson, Queen y usted, ¿tiene que ver con abrir brechas artísticas, con la cabeza y no a cabezazos?
–(Risas raphaelianas) Yo creo que tiene que ver con marcar una forma de hacer. Cuando yo empecé los cantantes llevaban «crooners» y eran la voz que otros cantaban. Conmigo se sentaron y empezó una nueva forma de hacer espectáculo. Tiene que ver con romper moldes y hacer cosas diferentes.
«SOY UN ATREVIDO»
–Su garganta es multitímbrica, ¡parece un coro en sí misma!
–Sobre todo, es adaptable a muchos registros y muchas cosas... Y luego, soy un atrevido.
–Cuentan que tiene un sexto sentido para detectar al enemigo.
–Y al amigo también. Soy un hombre positivo.
–Ha hecho siempre lo que ha querido y cuando ha querido, que no es poco. Aquí, a quien abre la boca, le encasillan.
–¡O se la parten! Yo la he abierto cuando he tenido que abrirla y no me la ha partido nadie.
–Es más, ¡cada vez está mas grande y más alto!
–¿Y con los ojos más azules? (risas raphaelianas).
–Le asociaban a la leyenda franquista, entre otras cosas por las bellezas que dijo Pemán de usted.
–Porque nací en aquella época... y sí, Pemán dijo que yo era «una explosión de gritos y de pensamientos que tiene cosas de ópera, de tragedia, de intuición y de meditación».
–Y ahora le asociarán a la leyenda socialista por ser consuegro de Bono.
–Somos un pelín maniqueos. Te asocian a lo que está en ese momento y, si te va bien, dicen que es por eso, que estás en ese movimiento, pero y cuando cambia el movimiento...
–Luego, si gana el PP, ¿dirán que es «rajoysta»?
–«¡Digaaaaaaaaaaan lo que digaaaaaaaaaaaaaaaaaaan!».
–Es un hombre creyente y dice que «más que pensar en los donantes de sus órganos pensó en que había obrado la mano de Dios».
–Por supuesto. No he llegado a conocerlos pero intuyo quiénes son.
–No entiendo ese protocolo médico. Me parece una bonita forma de unir a dos familias.
–Sí tiene sentido. Aunque quisiéramos abrazarnos, está bien así, sino se crearía un lazo morboso.
–¿Sigue los mercados y primas de riego o prefiere saltarse esas páginas del periódico?
–Yo me tapo los oídos porque con la que está cayendo en la bolsa de Nueva York y los parqués europeos. ¡No quiero morir de infarto tras sobrevivir a un doble transplante!
–¡Otra nueva vida no se le dará nadie!
–Ya no me quedan más vidas, que no soy un gato (risas raphaelianas).
–¿Se ha acercado a alguna asamblea del 15M?
–Cuando se produjo yo no estaba en España. Pero estaba al tanto. Ahora estoy de gira y no he coincidido en ninguna plaza con ellos. Me acercaría pero no por curiosidad, sino a interesarme qué proponen: hay que escuchar a todos.
–Muchas radios han vetado canciones de Teddy Bautista. ¿Mezclamos churras con merinas?
–Siempre. ¿Qué tiene que ver el hambre con las ganas de comer? «Los Canarios» fue un gran grupo, lo demás es otra cosa.
–Regálenos una canción de despedida.
–¡Es que no quiero despedirme!
–Bueno, pues «la penúltima».
– «No te digo adiós. Te digo hasta siempre», ¡guapa!
–Guapo usted, Raphael, que usa la hache intercalada como nadie.
–(Risas) ¡Gracias a ti!
Mi maleta del verano
Las maletas que prepara Raphael están pensadas para irse de gira todo el verano. Son maletas de trabajo para un artista que no para.
Raphael puede presumir de que aún con la crisis que nos abrasa, él sigue teniendo conciertos porque la gente quiere oírle y verle actuar. Es un fenómeno de masas que ha superado todas las modas y sigue de actualidad para las nuevas generaciones. No descansa: «No pararé de actuar: hoy sábado, en Sitges; el 27 de agosto, en Benidorm; 22 y 23 de septiembre en Valencia, y la cosa de prolonga hasta otoño: el 8 de octubre en Valencia; en Madrid (en Torrelodones) el 21 de octubre; y 30 y 31 en Barcelona, en medio de todo esto... ¡Ni lo sé, pero no pararé de rotar por toda la península!», dice Raphael.
Siempre me llevaría
«Camisa negra»
¿Por qué? «Como tengo trabajo, nunca falta un pantalón negro y una camisa negra. Y un sombrero para cantar tangos».
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