La entrevista de Amilibia
La encuesta / Infieles en masculino plural
El 53,2 por ciento afirma que ellos son más infieles
Con la infidelidad pasa igual que con el estribillo del tema de «Rehab», de Amy Winehouse: decimos «no, no, no...». La negación, sea verdad o lo contrario, se convierte en un imperativo moral y ético: no hemos sido infieles a nuestra pareja, no se nos ha pasado por la cabeza serlo, no hemos perdonado una infidelidad, ni la vamos a perdonar, y tampoco la confesaríamos. Esta última es una pregunta trampa porque si el 45,9 por ciento de hombres y mujeres afirman rotundamente que nunca darían pista sobre un desliz amoroso-sexual, ¿por qué les tenemos que creer a un 91,2 por ciento de los encuestados cuando dicen que nunca han sido infieles? Como las matemáticas son como el algodón, no engañan, cabe convenir que un 45, 3 por ciento miente más que habla. O no dice toda la verdad si lo prefieren, con lo que nos encontramos con una infidelidad doble: somos infieles a nuestra pareja y a nosotros mismos.
Y es que con los asuntos que están directamente relacionado con el amor y el sexo, conceptos que pueden y la mayoría de las veces son excluyentes, nos procuran multitud de inseguridades. Cierto, en la mayoría de los matrimonios y las parejas cuando el deseo desvía hacia un tercero se cruza una línea roja nada recomendable para la salud de la convivencia. De ahí que reneguemos de la infidelidad y echemos balones fuera... salvo para señalar al sexo contrario. Un 53,0 por ciento de hombres y mujeres creen que los varones son más infieles frente a un 8,0 por ciento –¡ja!– que creen que son las mujeres frente a un ecuánime 35,8 por ciento que opinan que son ambos. Un 6,7 de valientes afirman que han sido alguna vez infiel a su pareja mientras un abrumador –si fuera un referéndum sería una votación a la «búlgara»– 91,2 por ciento responde que nunca ha caído en la tentación (un 73,6 ni siquiera se han asomado) en contraste con el 23,7 por ciento que admite que alguna fantasía les ha rondado por la mente aunque no llegaron a consumarla.
El ego lo tenemos en un perfecto estado de revista por cuanto un 86,1 por ciento no se siente aludido cuando se le pregunta si ha perdonado una infidelidad (un 54,9 responde que no y un 31,2 afirma que nunca le ha sucedido). Somos implacables hasta en los supuestos, ya que un 56,6 por ciento, ni se le pasa por la cabeza perdonar si se encontrara en esta tesitura. Un detalle final: la infidelidad es de los asuntos que menos indiferencia nos provoca, ya que el apartado no sabe/no contesta apenas supera el 4 por ciento. Eso sí, tenemos más dudas si pensamos en futuribles. Ahí sí que nos debatimos sobre cualquier supuesto que suponga una deslealtad.
Ficha técnica
Empresa: NC Report.
Universo: Españoles de 18 años y más.
Tamaño de la muestra: 477 entrevistas realizadas en 48 municipios de 17 comunidades autónomas.
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