País Vasco
Maldita ansiedad
Mal vamos. La hoja de ruta presentada por López, tan sintética como fría y almibarada, flaquea en lo fundamental. El aventajado lendakari aún no ha comprendido que los españoles no merecemos ser conducidos como ganado hacia el final de ETA. Queremos luchar cívicamente y caminar con dignidad hacia la derrota de ETA. Y el decálogo omite, no por casualidad, los conceptos de derrota y victoria, erigidos en democracia en referencias éticas de primer orden.
La noticia de la nueva iniciativa pacificadora de Pachi es que no hay noticia. La misma ausencia de claridad moral que tradicionalmente ha exhibido el PSOE en el combate contra el terror, la misma tibieza en las formulaciones de choque contra el mayor entramado asesino que ha conocido España en el último medio siglo… y la misma ansiedad que ha sacudido la conciencia de la izquierda en la búsqueda de una falsa convivencia en el País Vasco, que por desgracia sólo ha servido para otorgar ventaja a los del hacha y la serpiente. Dado el desafío autonómico de Bildu y el nacional de Sortu, resulta de un cinismo intolerable plantear que el Estado de Derecho le ha quebrado la muñeca al totalitarismo. Y más aberrante todavía abrir una ventana de oportunidad a los matarifes que ahora permanecen entre barrotes y cuyo futuro le quita el sueño día y noche a los socialistas. ¿Qué clase de final es éste? ¿Qué clase de Justicia? ¿Dónde queda el honor y la superioridad de los que han caído por la libertad?
Hace ya unos años, tras la excarcelación de Iñaki de Juana, el askatasuno Olano le dijo al PSOE que la lucha tenía sentido, pero que estuviera tranquilo Zapatero que nadie le iba a pasar la bandera de la victoria por la cara. Años después, con más sufrimiento y más víctimas, ten por seguro Pachi que no vamos a dejar que estos cafres nos pasen la bandera por la cara a los españoles que aún nos mantenemos erguidos. Y somos millones.
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