Barcelona
Desespañolizar por Eduard Escartín
Las declaraciones del ministro Wert han sido perfectamente entendidas. El españolizar a los niños es lo que nosotros entendemos como parar la campaña de desespañolización; o sea, de fumigación de todo lo español, como sucede actualmente en muchas escuelas del Principado.
Estamos ante un cultivo autista de unas fabricadas señas de identidad. En primer lugar, cabe destacar que se ahuyenta la lengua española de las aulas asimilando su enseñanza a una lengua extranjera. Tampoco se respeta la lengua materna en la escuela, ignorando la voluntad de los padres, por el sencillo procedimiento de no consultarles e imponer el catalán. Todo esto sin hablar del atropello incalificable de la inmersión lingüística y la discriminatoria atención personalizada, lo que es increíble en la Europa actual en la que estamos. Esto no sucede ni en Quebec, donde se pregunta a los alumnos si son anglófonos o francófonos. Segregar a los alumnos por utilizar una lengua oficial es digno de la Corte de Estrasburgo.
En la escuela pública catalana ha habido un pronunciamiento separatista, al menos desde 1991 con la infame LODE de González y la inmersión violando los decretos de bilingüismo de 1981-83. Se pasó del bilingüismo al monolingüismo. En 1997, con Esperanza Aguirre en el Ministerio de Educación, el conseller converso Hernández Moreno, hijo ilustre de Almazán, dijo que la ministra mandaba tanto en Barcelona como en Portugal. Con esto comprenderemos las declaraciones del ministro Wert.
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