Levante U.D.
Agónico triunfo del Sevilla que acabó con nueve (1-0)
«Estamos al mismo nivel que el Valencia». El resultado no sólo le dio la razón a Marcelino. También el juego (para ponerse por delante en el marcador en una primera parte primorosa), la raza (para mantenerlo en inferioridad en una segunda agónica) y, por qué no, la fortuna (Banega estampó el penalti en el palo).
Es ése, en general, el valor añadido de un triunfo que, más allá de los tres puntos, no vale lo mismo que el cosechado ante la Real. No sólo por el rival, en este caso un rival directo de la «otra Liga», sino por la manera de obtenerlos por parte de un Sevilla de una pieza.
Navas ha vuelto y Kanouté nunca se fue. No era casualidad, por ende, que el anfitrión fuese muy superior a su adversario. Con todos firmes, el palaciego proponía y el malí disponía. Suficiente para desbaratar el planteamiento de un Valencia con el Chelsea en lontananza (Soldado se quedó en el banco) y agazapado en busca de una contra que nunca llegó.
Paradójicamente, acaeció en sentido contrario pasado el cuarto de hora. El robo de balón nervionense en la medular terminó habilitando a Navas, con todo el campo por delante para hacer lo que mejor sabe: conducir a una velocidad endiablada con el balón en el pie y centrar. Kanouté controló y fusiló. Golazo y punto y seguido, porque el 1-0 dio paso a los mejores minutos del Sevilla en este campeonato. Con la importante pega de la ausencia de gol.
La tormenta sobre la meta de Guaita terminó siendo seca. Acabó el Valencia sin mojarse la primera parte y arrancó la segunda haciéndolo de una vez por todas en lo ofensivo. La pelota cambió de bando. Banega la quiso, la tuvo y la administró. Jugó e hizo jugar, propiciando que sus lugartenientes, Jonas y Tino Costa, desde la media distancia, mirasen por fin la meta de Varas. Providencial antes de la alocada expulsión de Trochowski (dos amarillas en 9 minutos) y cerrojo inexpugnable cuando la tarde se le torció de veras por la roja a Escudé por derribo a Aduriz. Pero está bendecido. Hasta la portería juega de su parte. El palo izquierdo impidió el empate a uno, una posibilidad más que factible teniendo en cuenta la inferioridad blanca (9) y el brío valencianista, ya con todo en el campo. Momentáneamente en cuanto a número. No en calidad. Ni aplomo. En el «otro fútbol», Spahic le dio una lección a Aduriz (roja por agresión en el 70). Entonces, el Valencia no sólo perdió un hombre, sino un concepto básico: el juego colectivo. Las prisas, con mucho tiempo por delante, acabaron desquiciándolo frente a un Sevilla que, con su portero como paradigma, se defendió como gato panza arriba.
Ficha técnica:
1 - Sevilla FC: Javi Varas; Martín Cáceres, Spahic, Escudé, Fernando Navarro; Jesús Navas, Medel, Trochowski, Perotti (Coke, m.70); Kanouté (Rakitic, m.58) y Negredo (Del Moral, m.80).
0 - Valencia CF: Guaita; Bruno (Barragán, m.46), Rami, Maduro, Víctor Ruiz (Soldado, m.71), Mathieu; Tino Costa, Éver Banega, Jonas; Piatti (Canales, m.63) y Aduriz.
Gol: 1-0, M.18: Kanouté.
Árbitro: César Muñiz Fernández (Comité Asturiano). Expulsó por doble tarjeta amarilla al sevillista Trochowski, quien las vio las vio en los minutos 47 y 56, y con roja directa a Escudé en el minuto 67 por hacer penalti siendo el último defensor. También se fue expulsado el valencianista Aduriz en el 71 por agredir a un contrario. Además, amonestó a los visitantes Tino Costa (m.24), Adúriz (m.60) y Rami (m.95) y a los locales Spahic (m.71) y Rakitic (m.85).
Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 35.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
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