Bogotá
Holguín: «Chávez ha variado su actitud con las FARC»
En una semana en el cargo ha logrado lo imposible: recomponer relaciones con Caracas. A pesar de su frenética agenda, asegura que le ha quedado tiempo para dormir –sin sufrir pesadillas ante el encuentro entre Santos y Chávez, enemigos irreconciliables hasta antes de ayer–. En su despacho en Cancillería, presidido por un cuadro de Bolívar, aprovecha para aclarar, en conversación telefónica con LA RAZÓN, que «no hay ruptura» entre el nuevo Gobierno de Juan Manuel Santos y el de Álvaro Uribe por mucho que algunos traten de enfrentarlos. «Siguen el mismo camino y el mismo objetivo».
–¿Cómo está?
– (Ríe) Bien, bien. Llevamos un mes y medio dándole duro.
–Se ha convertido en plusmarquista mundial en resolución de conflictos.
–Restablecer el diálogo era algo básico. Lo único que nos planteábamos era sentar en una mesa a los presidentes para que mantuvieran un diálogo franco y directo. Ése era el reto, que se dijeran abiertamente cómo veían la relación y el futuro.
–¿Este trabajo lo venía usted desarrollando con el Gobierno saliente o para la candidatura de Santos?
–No, surgió ahorita. Desde que el presidente Santos ganó las elecciones y me llamó, estuvimos conversando y, como comprenderá, las relaciones con Venezuela son prioritarias. Independientemente del modelo que cada cual tenga para su país, lo mínimo es poder sentarse a dialogar, y Santos es un hombre dialogante.
–Le cambio un segundo de asunto. ¿Quién está detrás del último atentado en Bogotá? ¿El narco Horacio Monroy o las FARC?
–No se sabe nada aún y el Gobierno prefiere mantener la mayor prudencia, pero quiero dejar claro que Colombia es un país distinto al de la época dura del terrorismo. Hay una mayor unión y un convencimiento de que esto no nos va a amedrentar ni a lograr que se nos pase el optimismo.
–¿Valoran la posibilidad de que las FARC, como hicieron en anteriores cambios de gobierno, tomen posiciones con una campaña de atentados de cara a una negociación?
–Quién sabe, vamos a ver cómo evolucionan las cosas.
–¿A qué atribuye el cambio de actitud de Chávez?
–Creo que él está abierto a restablecer la relación con Colombia. Cuando las posiciones son antagónicas a veces se respetan más.
–Pero hasta antes de ayer, Santos era el mayor enemigo de Chávez. En campaña le llamó «pitiyanqui», «oligarca» y dejó claro que no se sentaría jamás con él. Incluso llamó a los venezolanos a prepararse para una invasión si ganaba Santos. ¿Ha de haber algo más?
–Puede ser, ojalá haya un cambio en Venezuela. Lo que creo es que no podemos ser un foco de problemas para la región. El único tema parecía ser el conflicto entre Colombia y Venezuela. Estamos en un primer paso, sin triunfalismos. Es un tema de largo plazo.
–El día 20 se reúne con su homólogo Maduro para desarrollar las cinco comisiones creadas en Santa Marta. La de Seguridad Fronteriza será la más caliente. ¿Cabe la posibilidad de que la senadora Piedad Córdoba entre en esa comisión?
–Vamos a ver cómo lo enfocamos, pero la comisión estará formada por miembros del Gobierno. No vamos a traer a nadie de la sociedad civil ni externos salvo en la del pago de la deuda, donde se integrarán los gremios a los que Venezuela adeuda dinero.
–Repasando los datos (caída del 71% de las exportaciones a Venezuela y sectores colapsados por el bloqueo, da la impresión de que a ustedes y a Venezuela, con problemas de suministro, no les quedaba otra que acabar con el bloqueo...
–No estamos solicitando la reactivación inmediata del comercio sino, primero, el pago de la deuda. Segundo, que se vuelva a generar confianza en los exportadores colombianos, porque con ese tamaño de deuda, Venezuela dejó de ser un país confiable en este terreno. Hay que ver cómo van a ser los pagos, los plazos, antes de decirles a los exportadores «corran a exportar a Venezuela». No podemos pensar que vamos a volver a los niveles de comercio que tuvimos con Venezuela.
–¿Está condicionada esta distensión al pago de los 800 millones de dólares que adeuda Venezuela?
–No, no. Para nada. Es uno de los puntos que para nosotros es fundamental. El presidente Chávez manifestó toda la buena intención de pagar y estudiamos cómo lograr que, en el futuro, las deudas no se acumulen tanto.
–La ruptura de relaciones vino por la acusación de que Venezuela amparaba la presencia de las FARC en su territorio y esto parece haber quedado en el olvido. ¿Era o no cierta esa denuncia?
–No quedó en el olvido. Quiero ser clara. Fue el tema que más tiempo ocupó en la reunión de Santa Marta. Chávez fue explícito cuando dijo que no toleraba la presencia de las FARC en Venezuela.
–Pero, ¿era cierta esa denuncia?
–Se mostraron esas pruebas y las conocen Venezuela y la región.
–En ese caso, ¿ha habido un cambio de actitud de Chávez?
–Sí, así lo creemos nosotros.
–¿Cómo es que ahora se fían de Chávez?
–No tengo elementos para decirle que esto va a salir mejor que otras veces, pero si se trabaja de forma franca puede haber resultados.
–Algunos analistas creen que esta es una tregua-trampa por el desabastecimiento en Venezuela y que Chávez volverá a las andadas si gana los comicios de septiembre.
–Cada país tiene sus problemas internos, pero no podemos ser un foco de tensión en la región.
–Chávez no renuncia a crear una «Mesa de Paz» entre ustedes y las FARC. ¿Valoran la opción?
–El tema de la paz es una cuestión que maneja sólo el presidente Santos. Por ahora no nos interesa. Quedó claro que es un asunto interno de Colombia.
–¿Cómo se llevan en el cara a cara Santos y Chávez?
–Mejor de lo que la gente cree.
"Santos es muy cerebral"
Politóloga curtida en mil batallas, asegura que su paso por la embajada colombiana en Caracas entre 2002 y 2004 le ha servido «para entender la dinámica» del régimen bolivariano y su retórica. Divorciada, tiene un hijo de 16 años del que no se separa por mucho que le apriete el trabajo. Sin embargo, asegura con pesar que no puede acudir con la regularidad que quisiera a misa (se declara católica) aunque con lo que ha logrado en una semana es probable que tenga dispensa papal y se haya ganado el cielo. De su jefe destaca la capacidad de análisis. «Es muy cerebral», afirma. Le encanta leer sobre Mandela y su debilidad es escaparse a Villa de Leyva, «lo más español de Colombia».
✕
Accede a tu cuenta para comentar