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Auroros por Antonio Parra

La Razón
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La Aurora, los auroros, es una hermosa tradición que se da en nuestra Región y, con unas formas determinadas, especialmente en la huerta de Murcia. La costumbre de hermandades, generalmente religiosas y formadas por hombres y sus voces corales está muy extendida por todo el Mediterráneo: pensemos, por ejemplo, en las enigmáticas y bellísimas voces de los sardos, en la isla de Cerdeña, pero el canto de nuestros auroros posee unas peculiaridades que lo convierte en único.

Contra viento y marea (y aunque con algunos cambios inevitables en una costumbre que ha perdido su contexto, el suelo cultural y rural que la sustentaba), por ejemplo; la inclusión de voces femeninas en alguna de estas hermandades, las hermandades han permanecido hasta hoy intactas en su riqueza musical.

Ahora, el pianista, celebrado compositor, catedrático del Conservatorio Superior de Música de Murcia y gran investigador Antonio Narejos, ha realizado un profundo estudio, gracias a una beca de investigación, sobre la historia y sutilezas musicales en estos grupos murcianos, y un resumen de esta investigación nos lo ofreció hace unos días con una conferencia en el museo Arqueológico regional, con el apoyo de la consejería de Cultura, en lo que fue el primer acto hacia la consecución de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, como en su día lo consiguieron el flamenco o los Hombres Buenos de la huerta.

El canto de aurora ya había sido abordado por otros investigadores antes, y también había sido tema para el arte o la literatura. Están en el corazón de mi infancia vivida en Rincón de Seca. La investigación de Narejos, con formas y métodos claramente académicos, científicos y técnico-musicales será, sin duda, el empujón definitivo hacia ese merecido reconocimiento.