París

Dior fulmina a Galliano por su «amo a Hitler»

Era un desenlace más que previsible. Y, quizá, el único posible. La firma Christian Dior no ha esperado siquiera a las conclusiones de la investigación, tras las acusaciones contra John Galliano por injurias racistas y antisemitas, para poner a su diseñador de cabecera en la calle

John Galliano llega a la comisaría de Policía
John Galliano llega a la comisaría de Policíalarazon

La suspensión provisional se ha convertido en definitiva después de que este lunes se hiciera público un vídeo en el que no sólo profiere insultos del mismo cariz ofensivo, sino que afirma «amar a Hitler». En la grabación, realizada en la misma terraza del café parisino en el que el modisto arremetió verbalmente contra una pareja el pasado viernes, Galliano aparece ebrio. Un estado que no tendría nada de excepcional según relataban ayer algunas voces del microcosmos de la moda. Y es que, desde hace un tiempo, sus problemas con el alcohol se habría acentuado, y creado un auténtico malestar en el seno de la propia «maison» Dior.

Quince años en la firma

Dañada en su imagen, y en su cotización bursátil, la marca ha puesto fin a quince años de colaboración con un diseñador revolucionario, de talento equiparable a su nivel de excentricidad, que parece haber perdido la razón. «Hoy, y dado el carácter particularmente odioso del comportamiento y los comentarios efectuados por John Galliano en un reciente vídeo, la casa Christian Dior ha decidido su cese e iniciado un procedimiento de despido», rezaba un lacónico comunicado poco complaciente con el estilista y en el que la dirección no sólo se desvincula claramente de la actitud de Galliano, sino que condena «con gran firmeza» dichas declaraciones «en total disconformidad con los valores esenciales que siempre hemos defendido», subraya el presidente de Dior Couture, Sidney Toledano. Hasta la recién oscarizada Nathalie Portman –imagen de un perfume de Dior– ha alzado la voz para censurar los comentarios de Galliano. La actriz, de origen judío, confesó en un comunicado estar «consternada y asqueada» mientras aclaraba, de paso, que no quiere que se la asocie con el excesivo modisto. Con el efecto de un tsunami, el «affaire» copaba ayer las conversaciones en todos los cenáculos de la moda eclipsando casi el arranque de la Fashion Week de París, donde está previsto que Dior presente este viernes su colección de «prêt-à-porter» otoño-invierno diseñada por el británico, aunque cada vez son más los rumores que apuntan a una posible anulación del desfile.

Desde que saltó la polémica, las posibilidades de supervivencia de Galliano mermaban con el paso de los días. Un escándalo que, no son pocos en señalar, la maison ha aprovechado para poner fin a un contrato que expiraba a finales de año y que no sabían cómo precipitar, pues las relaciones con el diseñador que levantó la firma tras la salida de Gianfranco Ferré en 1996 se habían deteriorado. El futuro de Galliano, como el de su propia firma, está en suspenso, pues su principal accionista, al 90%, no es otro que la sociedad Dior, y Bernard Arnault, dueño de LVMH, el líder mundial del lujo.


Comienza la carrera sucesoria
Parece que muchos coinciden en que Dior no será nada sin John Galliano. Los editores y la gente del ramo ya intentan identificar al sucesor o sucesora del creador. Los nombres que van sonando son Giambattista Valli, que diseña para Emmanuel Ungaro, Peter Dundas, director creativo de Pucci, Haider Ackermann, que diseña para la marca Bvba 32, Alessandra Facchinetti, la ex de Valentino, Phoebe Philo, directora creativa de Céline, y Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy. A sólo tres días de presentar su nueva colección y dada la envergadura que ha alcanzado la marca, es posible que no necesite la figura de un diseñador de renombre y pueda hacerse cargo de todo gracias a alguien del equipo de Galliano para la dirección creativa. Aun con todo, parte de la industria espera que Galliano sea reinstalado en su cargo.