Los Ángeles

Jim Carrey papá pingüino

Vuelve a la comedia , un género que ha marcado, con la adaptación de un clásico, «Los pingüinos del Sr. Popper». El actor confiesa que vive más relajadamente y que su pasión es la pintura. Conceptual, se entiende 

HERENCIA. El actor, uno de los cómicos más taquilleros, recibe a unos pingüinos como legado
HERENCIA. El actor, uno de los cómicos más taquilleros, recibe a unos pingüinos como legadolarazon

¿Qué hace Jim Carrey rodeado de unos pingüinos que ha recibido en herencia? Una comedia, podría ser la respuesta. Se trata de la nueva propuesta de Mark Waters y narra la historia de un hombre llamado Tom Popper (Carrey), exitoso promotor de bienes raíces, que está divorciado de Amanda (Carla Giugino), con quien tiene dos hijos a quienes visita cada 15 días. Su rutinaria vida da un giro cuando recibe una herencia de su fallecido padre. El regalo tiene forma de caja y proviene de la Antártida. En su interior aguarda una sopresa: un pingüino, que después se convierte en cinco y que meterán en líos de toda clase al protagonista. Esta media docena de animalitos, Captain, Lovey, Bitey, Nimrod, Stinky y Loudy, le mostrarán lo que significa el valor de la familia.

-Vuelve por la senda de la comedia. ¿Cómo consigue reinventarse?
-Es muy sencillo, pues aún logro divertirme con las mismas cosas que cuando tenía diez años. He tenido bastante suerte porque mi vida no dio un giro hasta que cumplí once. Jugué y me reí hasta esa edad. Creo que los niños deben ser creativos, utilizar la imaginación cada día. Yo sigo explotando al niño que vive dentro de mí.

-El sentido del humor no cambia por sí solo el mundo. Pero, ¿ayuda?
-Así es, puede hacerlo bastante más gratificante. Nunca me he engañado pensando que puedo cambiar el mundo con un par de muecas, pero sé que puedo disfrutar mi humor y conseguir que los demás también rían con mis ocurrencias al menos durante un par de horas. Cuando pienso en esto lo comparo con una tirita sobre una herida, que consuela pero no cura.

-¿Qué tienen los pingüinos que nos gustan tanto?

-Quizá sea el heho de que no pertenecen a ninguna categoría. No son peces, ni pájaros, tienen una forma divertida de moverse y nos podemos identificar con ellos.

-¿ Y usted lo hizo en el rodaje?
-Claro que sí. ¿Le suena extraño? Tal vez tenga que ver con el hecho de que soy canadiense. Nací sobre el hielo, lo mismo que los pingüinos. Llegué a tal punto de comunión con ellos que comían el pescado de mi boca. Son desternillantes. La película la rodamos en Nueva York y por las noches me iba a patinar sobre hielo, que es un deporte que llevo en la sangre y que hace que me sienta libre.

-Muchos actores creen que es importante vivir al límite para triunfar. En usted no se cumple: no pertenece a la Cienciología, no tiene hijos adoptados, ni mujeres cada noche, ni ha pisado nunca un centro de rehabilitación.
-Todo el mundo sabe dónde le duele y tiene algo que esconder, no nos engañemos. He tenido la suerte de trabajar con Meryl Streep, una actriz que viaja sin pasado, la persona más humilde con quien he rodado. No es necesario estar desequilibrado para ser artista.

 -¿Qué puede con los nervios y la paciencia de Jim Carrey?
-Lo único que me consume es el amor, y sólo de cuando en cuando. Un sentimiento que hace que te preguntes. ¿Qué me está pasando? ¿Cuándo me he contagiado? Esas preguntas sacuden mi mente con cierta frecuencia. En cuanto a mi camino espiritual, ha sido algo distinto, digamos que me preocupan todas las religiones pero en el buen sentido porque las disfruto y no me obsesiono. He vivido muchas crisis de identidad; sin embargo, ahora sé quién soy, me siento cómodo en mi pellejo. Ya no soy una pintura, sino la conciencia que se pinta.

-Trabajó con Angela Lansbury en este filme. ¿Se entendieron?
-Es una actriz increíblemente dura. Sueño con tener el mismo entusiasmo que ella cuando llegue a su edad. Hubo días en los que tuvimos que rodar de noche y levantarnos después a las cuatro de la mañana para seguir trabajando, y jamás se escuchó una queja de su boca. No es una ninguna diva, sino una gran profesional y aun mejor mujer.

-¿Fue complicado rodar a temperaturas bajo cero?

-Ya lo creo. Luché contra la neumonía durante todo el rodaje porque las temperaturas eran extremas, y eso que yo provengo de un país con clima muy frío. ¿La solución? Ponerse un par de calzoncillos extra y arreglado.

-Se le nota más relajado.
 -Hace un par de años decidí poner freno a esta locura de vida e involucrarme en proyectos filantrópicos a los que intento no dar publicidad; es mi vida privada y sólo me importa a mí. He creado una Fundación que se llama SIR (System of Rice Intensification) con la que viajo alrededor del mundo hablando directamente con granjeros a quienes enseño una forma alternativa de plantar arroz.

-Da la sensación de que necesitase constantemente tener gente alrededor.

-Me fascina estar solo. Es entonces cuando pinto, que es una de mis aficiones. Tengo un estudio en Nueva York. Hace poco presente algunos cuadros míos; de hecho, una de mis pinturas aparece en la película.

-¿Cuál es su estilo?

-Conceptual, impresionista. Ahora estoy sumergido en una pintura de luz negra. Aún no he revelado al mundo esa parte de mí, pero dénme algo de tiempo y verán.

El drama triunfa entre los cómicos
Jim Carrey, Bill Murray y Adam Sandler son artistas fundamentalmente vinculados a la comedia que han logrado excelentes resultados en papeles dramáticos. El primero, Carrey ofreció una lección interpretativa en «Olvídate de mí» (2004, de Michel Gondry). Jim Jarmusch sacó lo mejor de Bill Murray en «Flores rotas» (2005), lo mismo que hizo Paul Thomas Anderson con Adam Sandler en «Punch, drunk, love» (2002).


El dato
6 pingüinos

son los coprotagonistas del filme: Captain, Lovey, Bitey, Nimrod (el animalito de la imagen), Stinky y Loudy, que en español son Capitán, Mimoso, Mordisco, Ceporro, Mofeta y Bocazas. Todos son pingüinos Gentoo.