Estados Unidos
Los talibanes «avisan» a las tropas
Madrid Afganistán afronta un año crucial. Los movimientos de salida de tropas internacionales ya han comenzado, mientras Estados Unidos trata de que las conversaciones con los talibanes en Qatar se encaminen a buen puerto, de modo que estos se conviertan en un actor político de la transición afgana y no en un enemigo paramilitar que se haga con el control tras la salida total de las tropas.
En esta encrucijada con que comienza 2012, las tropas españolas y los servicios de inteligencia están especialmente alerta ante los movimientos de los talibanes en la provincia de Badghis, bajo responsabilidad española. Dos hechos han llamado la atención durante el mes de enero, habitualmente de escasa actividad insurgente. Un intento de ataque a mediados de enero y un duro hostigamiento el último día del mes, ambos hasta ahora desconocidos para la opinión pública.
Mensaje al Ejército afgano
En el primer caso, los talibanes habían colocado una motocicleta bomba en el camino de una patrulla española que circulaba en las inmediaciones de Muqur, y que fue detectada y desactivada antes de que causara daños en la patrulla. En el segundo caso, los talibán lanzaron un ataque con armas cortas contra las tropas españolas en las inmediaciones de Ludina. Nada fuera de lo común en aquella zona si no fuera porque en esos momentos, en Qala-i-Now, sede del grueso del contingente, se celebraba la ceremonia de transferencia de las tropas españolas al Gobierno afgano de la autoridad sobre la ciudad y el distrito de Ab Qamari, primeros dos puntos de la región que quedan totalmente en manos afganas.
Ambos ataques, perpetrados contra patrullas mixtas hispano-afganas, se interpretan en fuentes militares por un lado como un preludio de lo que puede ser una primavera caliente y por otro como un aviso para el Ejército afgano de cara a la retirada de los efectivos españoles, un mensaje de fuerza y de posicionamiento. Si las conversaciones entre Estados Unidos y los talibanes en Qatar no llegan a buen puerto, y sin tropas internacionales sobre el terreno, los talibanes intentarán hacer valer su poder militar y propagandístico en todas las regiones, incluida Badghis.
El temor a una primavera dura se acrecienta tras haber sido detectadas antes del invierno conversaciones entre diferentes mulás de los distritos de Badghis. El líder talibán en la zona de Ludina (en la que más ataques se registran contra las tropas españolas), el mulá Naruallah, mantuvo contactos con su homólogo en Bala-Murghab antes de la llegada del invierno, «para nada bueno», explican gráficamente fuentes militares. La detención el pasado 3 de febrero del jefe militar de los talibán en Badghis, por encima de ambos líderes sectoriales, cuando se encaminaba hacia Pakistán no ha rebajado la alerta.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ya anunció durante su visita a las tropas desplegadas en el país asiático el pasado 16 de enero que el repliegue de los primeros efectivos españoles se retrasaría hasta el segundo semestre de 2012 en lugar de producirse en enero. Entre los motivos que llevaron a esta decisión estaba precisamente la ofensiva de primavera-verano de los talibanes y la necesidad de contar con la mayor parte de efectivos posibles. Los 150 militares (un 10 por ciento del total de efectivos desplegados) que, según los planes del anterior Gobierno, debían salir del país asiático en el mes de enero, no lo harán hasta que acabe la época más dura de la ofensiva talibán, a comienzos del otoño.
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