Viajes
La extraña belleza de estas antiguas minas, un viaje a Marte sin salir de España y cerca de la playa
Su explotación comenzó en la época visigoda y se han llegado a encontrar una extremidad humana encadenada con grilletes
El paisaje formado por estas antiguas minas recuerda a un escenario volcánico o incluso a las fotografías que llegan de Marte. Las características de estas montañas, eran muy ricas en minerales como zinc, plomo o alumbre, las convirtieron en un lugar de gran actividad económica ya durante la época visigoda, extendiéndose hasta la musulmana. Su cercanía a la costa favorecía también su su exportación.
Son las antiguas minas de la población de Mazarrón (Región de Murcia). En este municipio no solo se puede contemplar este singular paisaje, sino que también se conservan importantes obras de ingeniería romana. Están situadas en el "Coto Fortuna" en "Leiva" y tiene una galería de desagüe de 2 kilómetros (no visitable ni visible ya que se encuentra a ocho metros de profundidad). Se trata de una de las obras de estas características más importantes del imperio, según recoge en su web Turismo Región de Murcia.
La compañía romana que lo explotaba se denominaba "Societas Montis Argentaris Ilvcro", y con la marca de esta empresa romana han aparecido lingotes con inscripción incluso en el Tíber.
Todavía hoy Mazarrón homenajea a sus mineros, recordando así la dureza del trabajo que desempeñaban, pues incluso se ha encontrado una extremidad humana encadenada con grilletes a una galería minera.
"La minería vuelve a renacer con la reconquista y los asentamientos cristianos, y con ella el embrión de lo que será el actual municipio de Mazarrón". En 1462, Enrique IV concedió el privilegio de la explotación de las minas a los marquesados de "Villena y Vélez", manteniendo su esplendor hasta aproximadamente 1592, explica Turismo Región de Murcia.
Los tesoros de la mina
Se llegaron a acometer trabajos a 600 metros de profundidad para explotar estas minas. El alumbre era utilizado principalmente como mordiente de tintes, exportándose para la confección de tapices en los Países Bajos. También como astringente y desinfectante intervino en el curtido de cueros, iluminación de códices y en la fabricación de vidrio.
"Es en el siglo XIX cuando Mazarrón alcanza unos niveles tecnológicos, económicos y poblacionales inauditos e insospechados. La libre prospección en terrenos públicos por medio de una simple notificación a la Administración, causa una auténtica fiebre minera. Mazarrón crece rápidamente y las sociedades mineras internacionales se deciden a invertir y tecnificar los trabajos".
La importante actividad económica favoreció la construcción del ferrocarril, que se inauguró en 1886. Esta línea ferrocarril unía las minas de Mazarrón con la Fundición de Santa Elisa del Puerto de Mazarrón y en 1893 las minas ya disfrutan de fluido eléctrico. Así, este municipio se situó a la vanguardia nacional.
A la entrada del siglo XX empieza la decadencia de esta explotación, debido fundamentalmente a la caída del precio del plomo, la inundación de los pozos, la sobreexplotación y la Guerra Civil.
La riqueza del siglo XXI
Mazarrón sufrió entonces un importante éxodo de población. Sin embargo, en la actualidad ha recuperado su actividad económica con otros sectores como el turismo, la construcción o la agricultura, donde resalta el cultivo de tomate.
Destacan sus 35 kilómetros de costa y 33 playas y calas naturales, un lugar perfecto para refugiarse durante todo el año.
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