Sortu
Ángel Yuste: «Los ex consejeros también barren en las cárceles»
El nuevo secretario general de Instituciones Penitenciarias ya fue responsable de Prisiones entre 1996 y 2004
–¿Ha visto muchos cambios?
–Han evolucionado, pero los problemas fundamentales siguen siendo los mismos, teniendo en cuenta que en el 96, cuando llegué, también había una situación económica complicada y, como ahora, se tenía que adelgazar la estructura perdiendo dos direcciones generales. Luego, están los problemas de las cárceles, que son ya viejos... Evolucionan, se presentan de otra forma, pero la dificultad de gestionar la privación de libertad, es el mismo.
–Dice que el perfil de los presos históricos de ETA es distinto al de los últimos detenidos.
–El perfil de los terroristas ha cambiado. Desde los primeros terroristas, aquellos que cometen los primeros atentados antes de la Constitución, que tienen una carga de formación ideológica más intensa. Luego, pasan de ser terroristas más urbanos a más rurales, con menos formación, más ligados a tareas ejecutorias. Van cambiando la reflexión por la consigna. Pasan, a lo largo del tiempo de ser más «ideologizados» a activistas más homologables a otros delincuentes violentos.
–Dentro de prisión, ¿los presos de ETA se relacionan con el resto de internos?
–Cada terrorista es un mundo. Pero es cierto que una de las consignas de la organización es mantener la cohesión del grupo y, por ello, los principales referentes de los terroristas dentro de la cárcel, son los miembros de la organización. Allí dentro «pasan a formar parte de otro frente de lucha», como dicen ellos.
–Y hacen declaraciones, como Otegui...
–No hace declaraciones desde la cárcel. Aprovecha las visitas de familiares, amigos y abogados para transmitir reflexiones.
–En cuando al plan integral de reinserción de los presos de ETA: si no es necesario que pidan perdón a las víctimas, ¿cómo tendrán la certeza de que se desvinculan de la banda?
–El programa recoge la necesidad de que pidan perdón a las víctimas. Lo hacen en el momento en que la Ley lo exige, no para integrarse en el programa. Para esto, tienen que acreditar que han abandonado la organización y han rechazado los métodos violentos y la servidumbre que tienen los reclusos con la organización. Una vez que avanzan en el programa, se les exige que pidan perdón expreso a las víctimas. Porque el programa no puede modificar la ley general penitenciaria ni el Código Penal.
–¿Cuántos presos de ETA se han acogido al programa de reinserción?
–Es una iniciativa que pretende fomentar la disensión dentro de la organización. No se puede juzgar su eficacia en términos cuantificables. Se han ido acogiendo terroristas de distinto perfil. No va dirigido sólo a terroristas de ETA.
–El ingreso en prisión, ¿es «ejemplificante» o se consigue la reinserción en un buen porcentaje?
–El ingreso en prisión tiene el objetivo de que se cumpla la pena. La reinserción, como ha manifestado reiteradamente el ministro del Interior, no es una alternativa a la pena, sino una consecuencia de la misma. El reinsertarse o no no les exime de cumplir la pena. La finalidad que persigue la Administración no es que el encarcelamiento sea un mero acto de castigo –que también lo es– sino que se consiga que el penado que sale de la cárcel lo haga mejor que entró.
–¿Qué población reclusa tenemos?
–Dependiente de la Administración central, unos 60.400 y de la Administración catalana, otros 10.000. En tanto por ciento por habitante, una de las ratios más altas de la Unión Europea.
–Se dice que tenemos uno de los mejores sistemas penitenciarios de Europa.
–La calidad de un sistema se mide en que la infraestructura responda a un mínimo de respeto a las necesidades fundamentales del ser humano: alimentación, asistencia sanitaria, permeabilidad para que mantenga contactos familiares, acceso a una actividad laboral, formación. Y todo ello concluye en la capacidad de cambiar a la persona que entra y devolverlo a la sociedad en mejores condiciones.
–Se piensa que nuestros presos viven muy bien (piscinas, televisores de plasma...)
–Esos elementos suntuarios han desaparecido de los centros en construcción y, en aquéllos en los que existen ya no se utilizan. No se pueden mantener a cargo del contribuyente. No redundan ni en la seguridad del centro ni en la capacidad de reinserción del interno. Eran alegrías producidas al amparo de otra situación económica, pero hoy inadmisibles.
–En su anterior etapa le tocaron casos como los de Barrionuevo, Vera, Sancristóbal. Ahora los de la Gurtel, los ERE. ¿Realmente no hay privilegios?
–Es una institución sometida a intensos controles de la Justicia y otras instituciones, que impide privilegios o arbitrariedad. Son casas de cristal, como se decía en la película. Con independencia de su procedencia y del delito cometido, los internos contribuyen al mantenimiento de los módulos. Los reclusos vips, como los ex consejeros, también contribuyen a la limpieza de los departamentos y barren, como otro más.
Es un apasionado de la Historia, el ensayo y el pop de los sesenta, que combina con la música de teclado barroco, algo que no faltará en su maleta de verano, cuando se adentre en la Castilla profunda, a la que adora como buen conquense y se deje impregnar del románico, la arqueología y los siglos...
✕
Accede a tu cuenta para comentar