Piedras en nuestro propio tejado por Iñaki Zaragüeta

Así no llegamos jamás a la meta. Si no paran de lanzar piedras en nuestro camino y, además, nosotros mismos lo llenamos de dificultades, la aventura se hace inviable. En esa línea hay que incluir lo sucedido ayer con la decisión del Gobierno valenciano de adherirse al Fondo de Liquidez Autonómica, diseñado por el Ejecutivo central para las Comunidades que quieran aliviar sus maltrechas cuentas. Lo que se encontadraba dentro de la normalidad, se convirtió en una secuencia infernal por la errónea interpretación de algún medio de comunicación, que convirtió la resolución del equipo de Alberto Fabra en una declaración de quiebra y de rescate de su Comunidad, cuando simplemente era el primero en optar por la vía ofertada, la misma que cogerán otras autonomías. En la locura hasta se le responsabilizó a Valencia de la subida fatídica de la prima de riesgo sobre los 600 puntos.
La reacción de los gobernantes valencianos y del propio ministro de Hacienda negando la mayor no se hizo esperar, pero el automatismo de las versiones digitales y las redes sociales se cobraron la pieza y el daño era irreparable. Quedaba así demostrada una dualidad trágica para los intereses españoles. De un lado, quedó patente la animadversión hacia nosotros de algunos circuitos continentales. De otro, nuestra peculiar conducta. No cuesta nada disparar contra todo lo que se mueve, aunque sea nuestro propio pie. No hay más que ver cómo la oposición aceptó la propuesta de Merkel de poner 30.000 millones para ayuda del sistema financiero de España y, el mismo día, cómo lo hizo el PSOE con Rajoy. Y eso que aquéllos se encuentran en vísperas de elecciones. Así es la vida.