Libros
A Aberasturi por su compasión por PALOMA PEDRERO
Mi querido Andrés, leo tu artículo dedicado a las mujeres en esta misma página del pasado domingo, y lo primero que siento es una gran ternura hacia tu persona. Es tan extraño que un hombre sienta compasión por todo lo que la mujer hace por la vida. Por lo que la naturaleza nos da y nos quita. Por tener que menstruar, gestar y parir con dolor. Por lo general los varones se quejan de nuestros cambios hormonales que, a su modo de ver, nos convierten en seres incomprensibles. Por eso es tan extraño como hermoso lo que escribes, y te doy las gracias. Sin embargo, amigo mío, te diré que no todo es tan negro como lo pintas. Es cierto que sería mucho mejor que esa factoría de personas que llevamos en nuestro vientre funcionara con más sencillez y siempre sin problemas. Es verdad que el parto de las hembras humanas es doloroso. Tienes razón cuando dices que apenas abandonada la niñez ya tenemos que bregar con un cuerpo cargado de responsabilidad. Pero es asimismo verdad que, aunque parezca mentira, todo ese trajín de hormonas, óvulos, menstruaciones y posibilidades de gestación, tiene su gracia. O mejor dicho, su placentera hondura. Las mujeres vivimos muy conectadas con nuestro cuerpo y toda la emoción que nos regala. Y , aunque estoy contigo en que la gestación tiene una parte dura, creo que hay algo maravilloso en ese estado. No es un tópico decir que un embarazo es vivir un milagro dentro de ti. Porque es alucinante, Andrés, el que esa almendrita de tu matriz se vaya convirtiendo en un ser hecho y derecho. Y que tú vayas notándolo. Es un milagro parirlo y sentir todo lo que se siente. Porque quizá el dolor de la menstruación y el parto sea el único que para mí tiene sentido. Y a más dolor más alivio, más felicidad cuando lo has superado. Creo que la mayoría de las mujeres pensamos que merece la pena tener esa compleja fabrica de humanitos en nuestro cuerpo. Y si salen como tú todavía mucho mejor, compañero.
✕
Accede a tu cuenta para comentar